Soy sobrino de Antonio Cobo Peña asesinado en Jerez en julio de 1936. Una noche, una patrulla fascista lo sacó de casa de mi abuela. Era un chico joven. Al día siguiente lo fusilaron, como a tantos jerezanos, sin juicio, sin haveas corpus, sin saber dónde está su cuerpo. Estas víctimas fueron llorados por mucho tiempo por sus familias, marcadas durante muchos años.

Durante la guerra se cometieron muchos asesinatos sumarísimos. Derrotada la República, el régimen fascista siguió matando extrajudicialmente, y torturando a todos los que hablaban en contra del régimen. Yo mismo fui "retenido" en comisaría, junto a otros jóvenes, por unas poesías en el Club Nazaret contra el asesinato de tres obreros de la construcción en Granada en 1970.

ETA y sus variantes han asesinado a hombres, mujeres y niños. Muchos. GAL asesinó a algunos. La Policía Armada mataba a algunos y torturaba. Mucho dolor de todos los familiares. El Tribunal de Orden Público no dejaba respirar. Ninguna muerte está justificada, ni por sentencia judicial en EE.UU.

El PP y VOX alzan la voz por unas declaraciones de Otegui. Dicen sentir el dolor de los familiares. Pero nos dicen "dejaros ya de los muertos de vuestros abuelitos", dejaros de tanta "memoria histórica". Pues "igualico" que con Franco: sus muertos son dolorosos, los nuestros, no sabemos ni donde están enterrados.

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