Jartible

Álvaro R. Doña

Corre un rumor

13 de octubre 2020 - 01:35

Sin haber podido asegurarme con total certeza debido a que no he podido acercarme al lugar del que hablaré hoy, corre un rumor de esos que me dan más pena, quizás, de la que deberían -o quizás no-.

Bien entrada la calle Rui López de Jerez de la Frontera, abría cada fin de semana, de noche y hasta la madrugada, uno de esos sitios con un encanto inconfundible. Regentado por el gran Fernando con la ayuda de su fiel compañero Miguel, no han sido pocas las veces que, para calmar el hueco en el estómago que te da la borrachera, he tenido la suerte de disfrutar de sus sándwiches completos -con atún-.

Una de las últimas ocasiones -ya después del estado de alarma, por lo que no se trataba de una de esas recenas de vuelta- que pude ir, Fernando me comentaba que, entre que llevaba 30 años trabajando el bar y que las reglas del coronavirus jugaban muy en contra de un establecimiento como el suyo, estaba planteándose cerrar definitivamente. Sin embargo, no quería terminármelo de creer. No podía ser que un lugar tan mítico en mi juventud fuera a echar el cerrojo de buenas a primeras.

No obstante y sin querer ni siquiera pensarlo, un amigo me comentó hace un par de semanas que le pareció ver gente sacando 'tiestos' del mismo local, pero que no estaba seguro. Como el que espera la peor noticia, levanté el móvil y llamé para comprobar si esa noche podría ir allí a cenar. Sin saber si el motivo es verdaderamente el que se puede intuir, Fernando no respondió y acabó saltando el contestador.

A día de hoy, sigo sin estar seguro al cien por cien de que nuestro Sombrero haya clausurado su diminuta puerta para siempre, de la misma forma que todo apunta a que sí. La de El Sombrero es una muestra más de lo fácil que resulta coger cariño a un lugar y a las personas que lo regentan y de la falsa sensación de que hay cosas que durarán toda la vida.

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