Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Ninguna dieta es perfecta por el llamado efecto rebote y por otros factores que les quitan eficacia e, incluso, las anulan. Además de las tentaciones "normales" en que solemos caer, hay otros elementos que acechan para anular nuestro esfuerzo dietético. En broma y en serio un amigo me ha descrito tres. 1) Los tirantes engordan. Cuando pasas del cinturón a los tirantes, prescindes del primer avisador de que te estás pasando con la comida porque ya nada te aprieta y el pantalón solo es mucho más flexible. Aunque si llegas al punto de tener que desabrochártelo la cosa es grave. 2) La moto engorda. Especialmente en ciudad pues te lleva de puerta en puerta y te quita esos metros que, yendo en coche y teniendo que aparcar donde puedas, acabas haciendo andando. Con la moto, ni eso. Y 3) -el colmo - el deporte engorda. Claro: gente que hace algo de deporte no pone demasiado cuidado al comer pues luego lo va a quemar. Está también el llamado tercer tiempo de muchos deportes de equipo, que puede rellenar todo lo que se ha eliminado antes.

Al final van a tener razón nuestras abuelas cuando nos decían que hay que comer de todo pero poquito. Y, para perder peso, quitarse de dulces y frituras. Casi nada. Realmente, es la salud, por encima de la estética, lo que nos debe llevar a una alimentación y un ejercicio racionales.

Sirva esto para mostrar mi apoyo a la campaña del Ministerio de Igualdad "El verano también es nuestro", por encima de sus fallos técnicos. Conozco gente -mujeres sobre todo, pero también hombres- que prefiere no ir a la playa al sentirse feo por gordo, por su celulitis o por su amputación. No está de más que se insista en que estemos orgullosas de nuestro cuerpo y nos rebelemos ante cánones de belleza impuestos por intereses económicos. Aceptemos todos los cuerpos. Aceptémonos.

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