Desconozco si existe alguna fórmula de alcanzar un objetivo ambicioso, individual o colectivo, que no se logre sin esfuerzo, planificación, perseverancia y ambición. Puede que exista, pero personalmente no me he encontrado con ningún caso a lo largo de mi experiencia vital, empresarial, profesional y representativa.
Remar contra marea, no desfallecer, buscar apoyos, anticiparse, levantarse de los tropiezos y seguir. Esos ingredientes me suenan más. Aplicarlos no garantiza llegar a la meta, pero el camino se convierte en experiencia y aprendizaje para seguir intentándolo.
A dos años vista para que se inicie formalmente el periodo de elección de la ciudad española que será declarada Capital Cultural Europea de 2031, nuestra ciudad, Jerez, sigue ahí: avanzando en el camino que se emprendió hace tres años, trabajando e intentando destacar frente a otras candidaturas, todas ellas ciudades españolas de peso cultural e histórico.
La organización que presido, la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz, se sumó -como no podía ser de otra manera- a recorrer el camino junto al Ayuntamiento de Jerez, otros agentes de la sociedad, instituciones, y ciudades. Lo consideramos una ocasión única para situar Jerez en el epicentro cultural, como ya lo es en otros ámbitos. De igual manera, es una oportunidad excelente para mejorar infraestructuras y recursos culturales.
En una provincia que tanto necesita de la unidad y la cohesión institucional y territorial, la candidatura de Jerez ha logrado ya éxitos parciales en clave interna: el apoyo de Cádiz, que a su vez aspira a ser sede del Congreso Mundial de la Lengua Española; la Diputación Provincial y numerosos representantes sociales, así como Ayuntamientos de la provincia.
Un gran proyecto de estado como es la Capitalidad de la Cultura Europea merece contar con candidaturas fuertes, como la de Jerez, cuyos valores son indiscutibles: una oferta de actividades amplia, huellas arqueológicas de gran importancia, cuna del flamenco, patrimonio y arquitectura, historia y expresiones artísticas en un abanico amplio de disciplinas y estilos.
¿Por qué no soñar despierto e imaginar ese éxito? No encuentro mejor aliciente para trabajar como en su día hicieron Barcelona o Sevilla a la hora de transformarse como ciudades a partir de un -teóricamente- objetivo imposible.
El primer empujón que necesita Jerez es el de nosotros mismos, los jerezanos y nuestros vecinos de cualquier pueblo o ciudad de esta gran provincia que es Cádiz. En el camino nos transformaremos en una ciudad mejor, capaz de competir y resistir cualquier comparación posible.
Tenemos, todos, en nuestras manos, la posibilidad de crear algo único. Poseemos nuestro propio diamante en bruto, una marca, Jerez, que no hay que presentar en ningún rincón del mundo.
Hagamos el esfuerzo, común, de toda la sociedad, y sus representantes, elevando nuestro sentido de pertenencia a una ciudad única, Jerez, que merece sin ambages estar en la carrera de 2031.
Como ciudad,y parafraseando a Fiedrich Schiller, que pensaba que solo el arte ayuda al ser humano a adquirir una auténtica libertad, "cuanto más alto coloquemos la meta, más creceremos".
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