Tribuna Económica
Desdolarización global: el inicio del declive del imperio
El año 2026 se percibe como un año de grandes cambios estructurales en la economía mundial. El año 2025 ha sido el año de la resiliencia de la economía global a las políticas de Trump. La política arancelaria en 2025 no ha tenido todos los efectos negativos que se suponían, en gran parte debido a los acuerdos comerciales firmados por el presidente de EEUU con los principales países y a la anticipación de las exportaciones para reducir el impacto de los aranceles.
El año 2025 ha sido mejor de lo esperado tanto en la economía como en los mercados bursátiles. Las previsiones del FMI para 2026 son de crecimiento con una ligera desaceleración con respecto al 2025, y hay similares expectativas para los mercados financieros.
El mayor efecto distorsionador para la economía global y para los mercados financieros son las políticas erráticas de Trump, que están impactando negativamente tanto en la economía de su país como en la economía global. El PIB de EEUU va a continuar creciendo, pero a menor ritmo; la inflación se resiste, y algunos analistas vaticinan que el impacto de los aranceles, que se ha retrasado, acabará impactando en la inflación en 2026, ya que muchas empresas han absorbido su impacto con los márgenes empresariales. A esto hay que añadir que la independencia de la Fed en cumplimiento de su mandato doble de control de la inflación y estímulo del empleo se va a ver atacada por Trump en 2026, lo que creará inestabilidad financiera y descontrol de la inflación.
En mayo el presidente de la Fed, Jerome Powell, agotará su mandato y Trump nombrará un sucesor que sea leal a sus insinuaciones de mayor bajada de los tipos de interés. La inestabilidad financiera aumentará a escala global y el dólar se debilitará.
En los últimos meses hemos asistido a un proceso de desdolarización a escala global. El proceso de desconfianza de los inversores en las políticas erráticas de Trump ha determinado que los bancos centrales de todo el mundo estén en un proceso de sustitución y diversificación de los activos en dólares, cambiando los títulos del tesoro de los EEUU por otros activos en otras monedas. La desconfianza es creciente y el proceso de diversificación, imparable: se habría iniciado el principio del fin del declive del dólar.
Otro factor que alimenta este proceso es el endeudamiento creciente del Gobierno de EEUU, que podría alcanzar el 120% del PIB en los próximos años.
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