Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Lo esencial

El deporte hace más sana y fuerte a la sociedad

Deportistas amateurs o aficionados los hay de todos los tipos y condiciones, pero por lo general suelen compartir una serie de hábitos y valores. Constancia para buscar su hueco diario y practicar su deporte. Voluntad para estar al pie de cañón, haga frío o calor, tenga más o menos ganas. Capacidad de superación ante lo retos que le plantea su propio deporte... El deporte les aporta sobre todo mucha salud, física y mental. Sufren menos depresiones y ataques de ansiedad, suele elevar la sensación de bienestar, de confianza y eleva el estado anímico. La práctica deportiva diaria fortalece y desarrolla el sistema inmune, ofreciendo a los deportistas más posibilidades de luchar contra las enfermedades. A todo esto hay que sumarle el alto nivel de disciplina que suele acompañar al propio deportista, así como la solidaridad y respeto hacia el resto de practicantes.

Estamos en una lucha muy compleja y dura frente a la pandemia protagonizada por el famoso Covid-19, aunque coloquialmente conocido por el bicho. El gobierno nos pide que nos cuidemos y que respetemos la normas anti-Covid, que están legislando siempre apoyados en supuestos expertos. La mascarilla es la abanderada de la lucha, distancia social o el confinamiento elementos claves. Pero, ¡ojo! El tabaco se puede fumar, se debe fumar para matar el aburrimiento y el malestar general, el tabaco es un producto esencial para luchar contra la pandemia. El tabaco es algo esencial y por eso los estancos son negocios esenciales. Olvídense de las campañas antitabaco que durante décadas nos bombardearon, olvídense de las leyes antitabaco, en casa se puede fumar. ¿Qué es un cáncer de pulmón frente al Covid-19?

Pero los gimnasios, ¡ay los gimnasios! Centros de incubación masiva del bicho. Los deportistas no respetan las normas, son una especie de negacionistas con músculos y buen cuerpo, gente sana que se reúne en esos edificios aposta para sudar, exhalar fuerte y contaminarse unos a otros. El deporte no es esencial para la salud y los gimnasios por tanto son negocios no esenciales. Pero he aquí la paradoja, que imagino habrán descubierto los expertos de los políticos y, por supuesto, los políticos ya la sabrían antes de que la descubrieran sus expertos.

Los gimnasios, como no son esenciales, cierran a las 18 horas, lo que obliga al deportista, si su trabajo (el que tenga trabajo) se lo permite, ir antes de las seis de la tarde, favoreciendo mayor aglomeración en torno al gimnasio, que si permaneciesen abiertos hasta las diez de la noche.

Facilitar la práctica deportiva diaria de la ciudadanía debería ser un eje tan importante como la mascarilla, distancia social o confinamiento. El deporte hace más sana y fuerte a la sociedad. ¡Ah! Confíen en los deportistas, saben cumplir las normas y no suelen ir al gimnasio para hacer botellonas.

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