El Íbex 35 vuelve a ceder en la sesión (-1,18%), pero consigue cerrar por encima de los 8.000 puntos.

Si ayer la banca fue el gran impulsor del selectivo, ayer sus representantes estuvieron entre los más castigados; Sabadell y Bankinter fueron los más bajistas, con retrocesos superiores al 2%. Repsol vio cómo HSNC le recorta el precio objetivo, si bien cerró con pérdidas mínimas.

Las caídas no fueron exclusivas de nuestro mercado, sino que en el resto de Europa también predominó el rojo, a la espera de la reunión del BCE y de la posible decisión de subir tipos en 50 puntos básicos. También relevantes serán los detalles sobre el nuevo programa antifragmentación del organismo, orientado a evitar que las primas de riesgo se disparen. También clave será lo que ocurra con el gasoducto Nord Stream 1, aunque al menos Rusia ha manifestado su intención de reabrirlo tras el fin de las labores de mantenimiento.

Parecen algo más calmadas las cosas en Italia, ya que Draghi ha reconsiderado su dimisión.

En el mercado de renta fija, los inversores vuelven a mirar a la deuda como activo refugio, y la rentabilidad del bund alemán cae hasta 1,25%. El bono español, en cambio eleva su rentabilidad a 2,50%.

En cuanto al euro, cotiza en torno a 1,02%, también a la espera de la influencia que pueda ejercer sobre él la reunión del Banco Central Europeo.

El precio del barril Brent baja hasta 105 dólares, mientras que el oro continúa sin ejercer su papel de activo refugio y se mueve en torno los 1.700 dólares onza.

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