Al menos en Jerez y durante el pasado martes 5 de enero. En medio de una pandemia, y con las normas de seguridad y distanciamiento vigentes, difícil era que los niños vieran en la tradicional cabalgata de Reyes Magos a sus Majestades, portadores de la anual ilusión en estas fechas. Las expectativas eran pesimistas. ¿Se iban a quedar los más pequeños sin ver a sus Reyes por primera vez en decenas de años?

Pero de pronto saltó el milagro, la magia; los niños iban a ver este año también a Melchor, Gaspar y Baltasar. Como impulsados por un poderoso resorte, la Asociación de Reyes Magos de Jerez y el Ayuntamiento decidieron que, por supuesto, los Magos de Oriente iban a estar en nuestra ciudad. Semanas de intenso trabajo, videoconferencias, reuniones maratonianas, todo con el objetivo casi imposible de que todos los pequeños pudieran ver a sus ídolos respetando las normas de sanidad vigentes.

Treinta Reyes Magos en diez estancias repartidas por todo Jerez y con pajes, voluntarios, personal del Ayuntamiento, ayudados eficazmente por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad hicieron posible que padres, abuelos y sobre todo los protagonistas infantiles pudieran ver a sus Majestades entregarles sus cartas y expresarles sus sueños e ilusiones. Casi 40.000 personas desfilaron por toda la ciudad.

Y a destacar la excelente organización, el comportamiento paciente y educado de las familias, y el descubrimiento de que los niños tienen asumidas las nuevas costumbres que nos trae esta pandemia; ellos respetaban las distancias de seguridad y ninguno se acercaba a Sus Majestades.

Tuve la suerte y el inmenso honor de ser Baltasar en el año 1999, ni en sueños pensé volver a tener esa distinción. Y es curioso ver cómo en tan poco tiempo han cambiado las peticiones a los Magos de Oriente, nuevas modas y tendencias. Pero como diría Kipling «esa es otra historia» y lo trataré en otra ocasión. Eso sí, el denominador común de los deseos infantiles en 2021 era "salud para todos". Qué la magia de Oriente sea capaz de ayudar a ese propósito.