Punto crítico con piloto teledirigido

Ante la actual desorientación general, surgen gritos desesperados reclamando saber quién está al mando, si es que lo hay, aunque lamentablemente solo se obtiene el silencio o la mentira por respuesta

Cuando la sociedad se desorienta y nadie socorre sus males, hay quienes recurren a teorías liberadoras. Cuando la sociedad se desorienta y nadie socorre sus males, hay quienes recurren a teorías liberadoras.

Cuando la sociedad se desorienta y nadie socorre sus males, hay quienes recurren a teorías liberadoras. / ©️ Jordi Becerra

Norte, Sur, Este u Oeste, se puede escoger libremente el camino más sugerente, lo importante es no perder nunca el rumbo, pues acabaremos pagando las consecuencias. Antes que errar, mejor tener presente que lo que mal empieza mal acaba. Y no es menos cierto que quien camine por barrancos correrá mayor riesgo de despeñarse, igual que los cántaros, de tanto ir a la fuente, al final pueden terminar rompiéndose. Tópicos nunca faltan para advertirnos de rutas erróneas, como ejemplifican inmejorablemente las sentencias o refranes de nuestros mayores, con su fuerte carga emotiva y visionaria. "Dónde iremos a parar", decía mi madre, siempre profética, esperándose lo peor tras una serie de acontecimientos negativos. El tiempo acababa dándole la razón y aún hoy no hay quien se la quite, su recuerdo sienta cátedra eterna.

Amén de consejos maternales o del oportuno refranero, cuando la sociedad se desorienta y nadie socorre sus males, hay quienes recurren a teorías liberadoras como las que invocó el reconocido profesor de filosofía Fernando Savater en ‘Diario de Job’: "Las catástrofes también son de agradecer, cuando todo es preferible a lo inacabable", sentenciaba el eminente pensador español en aquella memorable novela de 1983. Sosteniendo idéntica tendencia apocalíptica, se pronunció también el célebre filósofo, escritor y político Marco Tulio Cicerón en el año 70 antes de Cristo, con frases que, por sorprendentes que resulten, resumen de forma impecable las circunstancias que laten en la actualidad: "Los pueblos que ya no tienen solución, que viven a la desesperada, suelen tener estos epílogos letales: se rehabilita en todos sus derechos a los condenados, se libera a los presidiarios, se hace regresar a los exiliados, se invalidan la sentencias judiciales. Cuando esto sucede, no hay nadie que no comprenda que eso es el colapso total del Estado; donde esto acontece, nadie hay que confíe en esperanza alguna de salvación". Sin duda es curioso que 20 siglos después de esa cita mayúscula, la terca Historia nos conduzca nuevamente por siniestras vicisitudes, merced a otros nombres propios encarnados en diablos. Con ellos al 'volante', el precipicio es inevitable.

Ante esos episodios de desorientación general, surgen gritos desesperados reclamando saber quién está al mando, si es que lo hay, aunque lamentablemente solo se obtiene el silencio o la mentira por respuesta, pues los culpables directos del caos actúan con 'piloto teledirigido' directos al barranco. A la hora de imputar responsabilidades, eruditos de la filosofía como el prestigioso Bertrand Russell sostienen que "el mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente; pero, si es resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que haber sido el de un demonio. Por mi parte, encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y más verosímil". Es decir, de forma alegórica, el Premio Nobel británico reconoce que las calamidades no son fortuitas o fruto de la casualidad, sino que deben tener responsables y, por ende, compete a los ciudadanos corregir el rumbo equivocado que esos ‘nefastos poderes’ o sus dirigentes les obligan a transitar.

Cuando se vuela a regañadientes, es aconsejable el libro ‘Punto crítico’ de Michael Crichton. Cuando se vuela a regañadientes, es aconsejable el libro ‘Punto crítico’ de Michael Crichton.

Cuando se vuela a regañadientes, es aconsejable el libro ‘Punto crítico’ de Michael Crichton. / ©️ Carlos Ramírez Alva

Por pura lógica social, cada individuo debe tener un recorrido propio, para acabar confluyendo en el sendero colectivo del entendimiento y el bien común. De lo contrario, se producen graves choques frontales y no en sentido metafórico. Es evidente que por muy clara que veamos la brújula que nos orienta, hay ocasiones en las que no decides por ti mismo a dónde dirigirte, sino que te lo imponen. Aunque no es comparable a efectos traumáticos y viva para contarlo, sirva mi propio caso como ejemplo al uso: debido a razones laborales, durante dos décadas viajé a lo largo y ancho del planeta, utilizando el avión casi a diario. Realizaba con asiduidad trayectos de más de doce horas, en los que las turbulencias ponían a prueba mi capacidad de resistencia. De hecho, había gente que no daba crédito al trasiego que llevaba, como era el caso de un compañero de trabajo con fobia a volar que en una ocasión me preguntó cómo podía yo soportarlo, respondiéndole categóricamente: "A diferencia tuya, soy creyente. Ahí arriba es a lo único que puedo agarrarme". Bueno, a decir verdad, también sabía que era el medio de transporte más seguro y que apenas se producían catástrofes aéreas.

Con tales antecedentes, cuando alguien me comenta que debe surcar el cielo a regañadientes, suelo aconsejarle el libro 'Punto crítico' de Michael Crichton, que tanto me ayudó en su día a conocer en profundidad la aeronáutica y, especialmente, a sobrellevar los viajes en avión. Aunque el título de esa novela atemorice o eche para atrás, acabas tan familiarizado con el mundo de las alturas que lo ves con cierta naturalidad, como si tú mismo llevases el control. Eso sí, jamás olvido que tras un punto crítico, lo que suele venir después no es precisamente bueno. Pero como en cualquier ámbito de la vida, así logras curarte en salud, o bien te persignas…

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios