En la jornada de ayer, imperó el signo negativo de las bolsas europeas. Los inversores mantienen el foco de atención en las informaciones sobre el posible impacto de ónicron, la nueva cepa del Covid-19, y la efectividad de las vacunas y en sus implicaciones en el crecimiento a corto plazo, especialmente en Europa.

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades ha señalado que la variante ómicron se está extendiendo rápidamente, por lo que podría representar más de la mitad de los casos en Europa en los próximos meses. Sin embargo, ha remarcado que por el momento no se pueden sacar conclusiones sobre su incidencia. Todo ello unido al hecho de que las compañías biotecnológicas y farmacéuticas continúan trabajando para analizar la eficacia de sus vacunas contra ómicron. La estadounidense Pfizer ha señalado que espera tener datos al respecto en dos o tres semanas, mientras que GlaxoSmithKline (GSK) ha informado de que su tratamiento parece ser efectivo contra la nueva cepa en las primeras pruebas realizadas.

Alemania adoptó restricciones a nivel nacional para las personas que no estén vacunadas contra el covid-19, que se han unido a las limitaciones de aforos en eventos públicos y estadios deportivos para controlar el repunte de los casos diarios de contagio.

Así, las principales bolsas europeas retornaron a la senda bajista. Destaxó el descenso del Íbex 35 español (-1,80%), superior a las pérdidas registradas en el CAC 40 francés y el DAX 40 alemán (-1,25% y -1,35%, respectivamente).

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