El beso

09 de junio 2025 - 03:05

Crear polémica a partir de una declaración, un gesto o por fijar una posición, se ha convertido en noticia diaria en la vida política de nuestro país. Y muchas veces, no es para tanto. Ni para rasgarse las vestiduras ni para darle más importancia. Vivimos con demasiadas polémicas estériles creadas la mayor parte de las veces por motivos interesados que deterioran nuestra maltrecha democracia. Algunos medios afean a la Presidenta Madrileña que no quisiera dar un beso a la Ministra de Sanidad cuando ésta pasaba saludando a todos los Presidentes Autonómicos con la consiguiente acusación de mala educación y deslealtad institucional. Aunque los poderes del Estado deban tener sus normas, su liturgia, sus protocolos o como queramos llamarle, no podemos pretender que estén deshumanizados. La Ministra- no sólo ella- dedica gran parte de su día a intentar denostar a su adversaria a la que le da tratamiento de enemiga, de peligrosa delincuente, de mata ancianos y de genocida, no sólo a ella, sino a todos los que la rodean; y a las primeras de cambio, por lealtad institucional, quiere plantarle dos besos. Pues mire, oiga, no. Basta con un apretón de manos que ya es más que suficiente y diría que generoso por parte de la Presidenta Madrileña porque el respeto institucional no está circunscrito sólo a los saludos protocolarios. Recuerdo que hace más de dos décadas el Presidente Aznar visitó nuestro Ayuntamiento de Jerez y algunos concejales se negaron siquiera a darle la mano, no ya un beso, sino la mano que la Sra. Ayuso sí ofreció a la Ministra. Entonces no hubo polémica, ni cuando políticos de izquierdas niegan el saludo en la toma de posesión a presidentes de parlamentos autonómicos por ser de Vox o cuando el independentismo planta a la Corona. Eso no les parece desleal. A mí lo de Ayuso me parece de sentido común.

stats