Felipe Ortuno M.

Desafuero cultural

Desde la espadaña

18 de septiembre 2024 - 03:04

La metamorfosis social tiene todo hecho unos zorros. Nada hay que no esté tocado del ala, lo mismo da que sea política que religión, tanto si son principios como finales. Todo está en dinamismo; cuando no dinamitado. Los asideros tradicionales se deslizan por los dedos como agua inasequible. Los amarres se rompen en los atraques y la fuerza del viento desarbola las pequeñas embarcaciones. No hay puerto seguro ni vínculo que permanezca.

Las organizaciones, en las que nos encontrábamos arraigados, se desmoronan o se diluyen en la ineficacia del momento. Estamos náufragos en el nihilismo, atascados en la inoperancia y dominados por la corriente relativista imperante que deja en entredicho cualquier fijeza trascendente en la que nos pudiéramos refugiar. La DANA cultural arremete contra todo lo establecido en la atmósfera, dejándonos al albur del oleaje incierto e imprevisible. Ya no nos sostiene Dios y el eclipse existencial se alarga como la noche de los tiempos: desaparece la luz del candil que nos sirve de referencia para dimensionar la oscuridad que nos rodea. Ningún faro, ni un pábilo siquiera que nos guíe. Es el desafío de la crisálida, la potencialidad con la que poder romper el molde para convertirlo en mariposa. La pérdida del espíritu ha llevado a la disolución de la moral que sostenía el principio regulador de la justicia y el deber ¿Qué nos queda? ¿Jueces multicolores? ¿Tribunales de recursos inacabables? ¿Arbitrariedad en la interpretación de la ley? ¿Dónde situar el vértice desde donde revertir esta situación? ¿En el Constitucional amañado?

La secularización no sólo se refiere a lo religioso, también a cualquier intento secular de considerar nuestra propia historia. Todo aquello que no conviene a la dictadura del momento es desterrado de la memoria, de los libros de textos y, por supuesto, de la enseñanza: ya no aparecen, supongo que, por inapropiados, los Reyes Católicos en los libros de historia, por ejemplo. Así con todo, volver lo blanco, negro, y al servicio de la ideología dominante ¿Qué se ha hecho en Cataluña con las pinturas del palacio la Generalitat que representaban los acontecimientos históricos más destacados de nuestra Patria? ¿No hicieron lo mismo los talibanes con los Budas de Bamiyán en Afganistán? Y aquí ni mú ¿Hemos de tragar con la mentira sistémica y la persecución ideológica? La cultura ambiental margina a quienes difieren de la corriente; suficiente para mantener bocas calladas a base de unto y mamaero. Como ciudadanos tenemos un desafío: revolvernos contra esta hostilidad, mal llamada cultura, a la que estamos siendo sometidos. Al menos, tener conciencia para zarandearla; porque, sin cimientos, estoy seguro de que caería inexorablemente. De permanecer con los brazos caídos, seríamos nosotros los que claudicaríamos al disparate de lo absurdo que nos rodea. ‘Al rey la hacienda y la vida…; pero el honor es patrimonio del alma’.

No es posible que una sociedad se mantenga firme en la falta de convicciones y con el ‘silencio de los corderos’. No me cabe duda de que las organizaciones civiles, más allá del oficialismo reinante, están actuando en este sentido. Pero se necesita más intrepidez en las organizaciones no gubernamentales, más movimiento y, sobre todo, más unión para luchar contra la cadena de la tiranía pública, cada vez más evidente. Muy pocos se mueven temiendo una inspección de Hacienda, y lo comprendo. Los débiles, que es el pueblo sometido, saben que el pez gordo se come al chico, que la indefensión ante el poder es abrumadora y que la defensa de los derechos civiles cada día brilla más por su ausencia ¿Quién nos defiende de la delincuencia que se apropia de tu propia casa? ¿Los Mossos D’Esquadra? ¿Las leyes que no te permiten hacer frente al desarmado que roba en tus aposentos? ¿Qué justicia hay contra los violentos que atentan, vulneran y extorsionan a los ciudadanos en la calle? Son casos puntuales, como me dijo un político de infausta memoria. Todo se ha vuelto del revés y casi nadie sabe ya a qué atenerse. De alguna manera debemos dar la batalla cultural a tanta depravación como nos acomete. Romper los complejos que tenemos, salir de la indiferencia arrolladora; porque el adversario no ceja ni un minuto en su labor de acoso y derribo. Los diseñadores de una cultura nueva son legión. Pretenden rediseñar las costumbres, el sexo y hasta la manera de comer.

Los sistemas educativos están en sus manos y son los niños los que sirven de cobayas para sus experimentos de laboratorio ¿Estamos tan ciegos? Se han inventado un nuevo pasado; ¿dejaremos que nos impongan su futuro Matrix? Quizás en Venezuela nos lo puedan responder. Echa un vistazo a los valores de tu vida, a la cultura recibida, a los principios en los que te desarrollaste, y dime si queda algo de aquello que te hizo ser lo que eres, o si merece la pena dejarlo por todo esto otro que nos está siendo inoculado con la ideología 2030 y por detrás, con perdón.

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