De un tiempo a esta parte, en principio y según quienes lo enarbolan como bandera reivindicativa para visibilizar - como dicen ahora - a la mujer, los españoles; también catalanes y vascos aunque algunos se resistan a asumir nuestra nacionalidad; nos hemos visto atacados por lo que sus impulsores denominan "lenguaje inclusivo", toda una evidente estupidez que pretende añadir, por ejemplo, a las palabras hijo e hija el barbarismo de "hije", llamar "matria" al lugar común de nuestro nacimiento e ignorar el género neutro lo que en conversación nos obliga a prescindir de una de las reglas de nuestra gramática como es la de la economía del lenguaje y todo esto, bendecido desde despachos ministeriales y otras altas instancias, multiplicado desde la mayoría de los medios de comunicación, especialmente los audiovisuales y consagrado incluso en disposiciones publicadas por el BOE…

Naturalmente este asalto al lenguaje común de los españoles, que no es inocente ni pasajero, aunque algunos analistas consideran que se trata de una manera de entretener a la ciudadanía para que no se ocupe mucho de problemas más serios que padecemos, forma parte sin duda de la transformación de nuestro país, promovida por el gobierno social comunista que ahora rige nuestro destino, como estrategia complementaria de la demonización de los partidos conservadores, del indisimulado ataque a nuestro sistema de Estado, de la ideologización de los ciudadanos desde el discurso propagandístico asentado en los medios públicos de masas, controlados por quienes gobiernan; en suma acabar con lo llaman "régimen del 78" y en esta misma línea, de la incursión en los planes de enseñanza y en la sospechosa redacción de los libros de texto en no pocos casos además de otras muchas acciones que excuso citar por estar a la vista de todos nosotros.

Y si este es el camino elegido por un partido de Estado para modernizar España, no acaba de entenderse como, quienes en otras épocas han prestado grandes servicios a nuestro país, han elegido el tortuoso itinerario mencionado anteriormente para lograr esa anhelada transformación que esta vieja piel de toro merece y por la que han dado su vida, a lo largo de la historia, millones de compatriotas nuestros, de derechas y de izquierdas, salvo que la única razón sea la de perpetuarse en la Moncloa, cueste lo que cueste…

Y es que no puede valer todo, como cada día estamos comprobando, para seguir ostentando el poder y desde luego mucho menos que se impongan la sandez y la necedad como forma de expresión de muchos de quienes nos gobiernan que además de dedicarse a "cultivar" ese lamentable "lenguaje inclusivo", que es demostración evidente de que no debieron ser muy buenos estudiantes, al menos de la rica gramática española, en su comportamiento todo lo apuestan a laminar las ideas e iniciativas que no sean las suyas o las que sustenta la formación política en la que militan, desechando cualquier posibilidad de entendimiento o de diálogo con los demás, faltando así el respeto a quienes, sean muchos o pocos, los que les han votado que merecen, cuando menos, igual consideración que sus propios votantes.

Que todos, los de una y otra ideología, de acuerdo con su forma de expresarse en público, son sin duda alguna "hijes de la matria"…

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