Fontaneros

12 de junio 2025 - 03:06

Llevan semanas desprestigiando al honrado cuerpo de fontaneros comparándolos con maniobreros, urdidores y trapisondistas dedicados a la camorra política. Por aquello de la paridad hay que incluir a las fontaneras que se han revelado especialmente sagaces en el tejemaneje del hampa.

Fontanero es el dedicado a las fuentes, como lo es también el plomero. Fontanero es el que instala el retrete y fontanero, también, quien lleva el agua a los jardines del palacio de La Granja, en Segovia. Creo que en las crónicas periodísticas recientes, al hablar de fontaneros, piensan más en los retretes que en las fuentes del Real Sitio.

Pero no debemos caer en el error de asociar la fontanería con lo sórdido de las letrinas y los evacuatorios. Nada más lejos de la realidad. El cambio de régimen que se viene cocinando en España, -a fuego lento-, no lo pueden urdir cuatro pillos del tres al cuarto. Sin duda hace falta tropa capaz de meter la mano en cieno hasta el codo, digo, hasta el hombro. Pero también resulta imprescindible que licenciados en fontanería metan el puño con guante de seda en la plomería de las mejores casas. Y así, hay fontaneros por todas partes. En la educación; en los hospitales; en los colegios profesionales; en prensa, radio y televisión; en las grandes empresas; en la alta administración del Estado; entre los Fiscales y los Jueces; en el Consejo General del Poder Judicial y en el Tribunal Constitucional.

Un ejército plúmbeo dispuesto a cambiar el curso de las aguas y de la historia, en breve plazo. Nada se divisa en el horizonte que permita soñar con un desenlace distinto al previsible. El ejército de fontaneros lo es también de delatores y ponededos. Corren malos tiempos para la España de los Reyes Católicos, de Alfonso X, de don Rodrigo y de Ataulfo. ‘Requiescat in pace’.

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