Hijo de la luna

Sin Jonjabar

16 de octubre 2025 - 03:04

El grupo Mecano compuso aquel bellísimo tema titulado ‘Hijo de la Luna’. Una historia de montescos y capuletos que termina dejando un bebé acunado en la luna que quería ser madre. Nuestros políticos carecen, en general, del talento de José María Cano pero han acuñado el título de ‘hijo de la fruta’ o ‘me gusta la fruta’ para decir ‘hijo la gran puta’. El que nomina domina y, por eso, es importante llamar a las cosas por su nombre.

Ya la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca declaró que llamar a alguien ‘hijo de puta’ no es insulto porque no se emplea para afirmar el oficio de la progenitora del destinatario, sino como una mera grosería o expresión de mal gusto, nada injurioso. Dicen los magistrados que el sentido literal se ha perdido y que no encierra ataque alguno al honor de la mamá del susodicho.

Pero no solo es que haya perdido su sentido literal, sino que lo que antaño tenía de reprobable o sórdido el ejercicio de la profesión más antigua del mundo, hoy se ha convertido en algo honesto, ejemplarizante y digno de encomio. Basta con ver los concursos televisivos para comprobar que las virtudes que se muestran son las que antiguamente entregaban las meretrices a cambio de precio o merced y que hoy entregan las ‘mocitas’, -gratis et amore-, en horario de máxima audiencia: ora con edredón, ora sin edredón.

Una vez aclarado que llamar hijo de puta al descendiente no es injurioso, falta por concretar si llamar pelandusca a la madre lo fuere, habida cuenta que la honesta y recatada sexualmente pasa por mojigata, y la frescachona y libertina por moderna y empoderada. Pero como los tiempos adelantan que es una barbaridad, surgen nuevos insultos cada vez más alambicados. Y así, decirle a alguien que su suegro es un proxeneta le convierte en ‘yerno de alcahuete’ aunque no sea ‘hijo de la fruta’, que para el caso pudiera ser lo mismo.

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