Jerónimo Roldán, ejemplo predilecto

Los amigos de la Tertulia ‘Nuestro Tabanco’ lamentamos, con sinceridad, emoción y mucha tristeza, el fallecimiento de Jerónimo sin haber podido dedicarle el pequeño homenaje que teníamos preparado para mediados de septiembre, “cuando termine el verano” como él nos había sugerido diciéndonos, con su habitual humildad y sencillez, que no quería elogios ni piropos y sí, en cambio, pasar un rato de tertulia y charla con amigos.

Queríamos recordar con él que sus primeras enseñanzas taurinas fueron las que recibió con temprana edad, sentado en el palco de Presidencia de la plaza de toros de Jerez, acogido por su amistad con los que allí presidían y por la afición que como niño ya demostraba por la fiesta nacional. Recordar también sus primeros contactos con la información deportiva, en Radio Jerez y en el Estadio Domecq, de la mano de Manuel Deportista. Tanto en los toros como en el deporte, Jerónimo llegó a ser un auténtico maestro reconocido por todos. Tuvo siempre el afecto y la consideración de insignes profesionales como Alejandro Daroca, Montero Galvache y Carlos Vergara.

Aparte de toros y fútbol, Jerónimo aportó su presencia en Jerez a otras múltiples actividades como Beneficencia, Cofradías, Flamenco, nuestros Vinos, Teatro y entrevistas a personajes famosos, tanto en Radio como en Prensa. Podemos decir que hoy lamenta su pérdida la sociedad jerezana en general.

Por diversas razones, personales y profesionales, fui amigo de su padre, el conocido y apreciado Curro Roldán, de quien también aprendió a ser jerezano ejemplar y cuidar con esmero las facetas de cronista, ciudadano y amigo. En todas éstas facetas predominaba su elegante manera de ser y de estar, recogidas muchas de ellas, en las Tertulias que su padre mantenía en el Círculo de La Peña en las que las copas de Oloroso triunfaban sobre el Fino. Jerónimo admiraba a su padre y le encantaba que sus amigos mayores le recordáramos anécdotas y vivencias de aquellos años en los que él empezaba a jerezanear y ya demostraba su personalidad y sus aficiones.

Nos tenemos que conformar con admirar su recuerdo y presumir de haber tenido como amigo a una persona que hizo muchas cosas en Jerez y por Jerez, la ciudad que supo reconocerlo y concederle el merecido título de Hijo Predilecto.

Nuestro más sentido pésame a toda su familia, sin olvidar a Carmen Paz, su amiga entrañable con la que vivió una etapa de felicidad, corta pero intensa y verdadera.

Y para ti, querido Jerónimo, que Dios te conceda el merecido y eterno descanso.