José Fernández Guerrero

Hace algo más de diez años daba a conocer aquí la existencia de un documento que venía a demostrar de manera definitiva la identidad del escultor que talló la imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Desde mucho antes se conocía el autor de esta dolorosa neoclásica, un desconocido José Fernández Pomar, ya que éste escribió su nombre bajo el busto. Pero, ¿quién fue este imaginero, excelente, aunque, extrañamente, sin más obras conocidas? Este enigma se empezó a descifrar en 2009, cuando Pomar Rodil y Espinosa de los Monteros Sánchez propusieron identificarlo con José Fernández Guerrero. La documentación relacionada con la hermandad de la Soledad que con posteridad hallé en el Archivo Histórico Nacional de Madrid vino a confirmar esta atribución pues en ella se afirmaba, además de que la Virgen fue realizada en 1800 y costeada por el mayordomo José García Moreno, que “el artífice que la hizo era Don Joseph Fernández Pomar Académico de Cádiz e hijo natural de la Villa de Ubrique”.

En efecto, Fernández Guerrero nació en esa localidad serrana en 1748, de donde también era su tío-abuelo Gonzalo Pomar, destacado retablista rococó afincado en la ciudad de Cádiz, con el que pudo iniciarse en la talla de la madera. En cualquier caso, su formación se completaría en la Academia de San Fernando de Madrid, volviendo tras ello a Cádiz. En ella ejerció como platero y escultor, llegando a ser profesor y teniente-director de escultura en su Escuela de Tres Nobles Artes y convirtiéndose en uno de las grandes representantes del academicismo gaditano.

Sobre este artista y sobre el contexto de la realización de esta popular imagen mariana jerezana hablaré el próximo viernes 30 de mayo a las 21:00 en la casa de hermandad de la Soledad, junto a la iglesia de la Victoria, con motivo del 225 aniversario de su titular. Quedan todos invitados.