
A rienda suelta
Francisco Reinoso
Premio Nobel de la Paz
Opinión
Desde que vengo aportando mi modesta colaboración en Diario de Jerez –como en años pretéritos en otras publicaciones-, he querido y en ocasiones logrado, restaurar en lo posible la figura y la obra –poca o mucha- de hombres y mujeres que pasaron por la vida y que hoy permanecen olvidados/as.
Felizmente no soy el único que tal piensa y hace. Mi amigo y poeta Francisco González Vega ha venido a acompañarme en el empeño escribiendo en estas páginas su personal y justa loa a la memoria del que fue durante varias décadas compositor, letrista, productor y protector de jóvenes y veteranos intérpretes de la canción, el jerezano maestro García Tejero, con su trabajo “Francisco García Tejero, el gran olvidado”.
Gracias, Paco, por provocarme a incidir con tu trabajo en un tema de mi gusto como en su día pude referirme con cierta amplitud –creo recordar en el seno de la Real Academia Jerezana de San Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras- al también jerezano Antonio Quintero quien, con Rafael de León y Quiroga –según matiza en su trabajo “A rienda suelta” del pasado domingo en estas páginas con el estremecedor título “Llanto por Gaza y Palestina”, el compañero Francisco Reinoso, alcanzó éxitos tan deslumbrantes como el tema “Romance de Juan Osuna”, con cuya interpretación lograron éxitos rutilantes Manolo Caracol y la Paquera de Jerez. Junto a los dos Pacos, González y Reinoso, he podido respirar hondo sabiendo que no estoy solo en la acción recordatoria de hombres y mujeres que han aportado su arte musical, poético, creativo e interpretativo para que hoy podamos disfrutar con el recuerdo de sus aportaciones.
Retomando lo apuntado por Francisco González Vega sobre el maestro García Tejero, he de destacar de éste la reseña de algunos de sus éxitos, como el alcanzado con “Amor marinero”, en colaboración con Julio Bazán e interpretado entre otras/os por la siempre aplaudida y recordada Rocío Jurado.
También refiere Paco González sus encuentros con García Tejero recordando al tiempo a otra de las grandes figuras jerezanas desaparecidas, Antonio Gallardo Molina, autor del prólogo de su libro “La clara luz”, publicado en 1988 y presentado en Jerez, en la entonces Caja de Ahorros de Cádiz, calle Santa María.
Los dos Pacos llegaron a colaborar en la creación de varios temas interpretados por Andrés “El Lince” en Florida Park de Madrid en 1994: el pasodoble “Torero” y las baladas “Volveré” y “Paloma Blanca”, esta última inspirada en un poema del citado libro “La clara luz”.
Francisco García Tejero, o Maestro García Tejero como entre aficionados y profesionales fue quizá más renombrado, vivió en Madrid por espacio de más de 40 años transcurridos los cuales volvió a su Jerez como tantas otras figuras hicieron antes y después, entre otras La Paquera de Jerez, Manuel Soto “Sordera”, su hijo Vicente, José Mercé, Fernando Terremoto y don Antonio Chacón entre otros. La gran mayoría volvió a asentarse en su barrio jerezano: Santiago y San Miguel, otros viajaron desde la capital madrileña a la sevillana para vivir hasta sus últimos días; Antonio Núñez “·Chocolate”.
Finalmente, así lo reseña en su amplia información Francisco González Vega, el Maestro Tejero residió en Chiclana de la Frontera hasta su fallecimiento en la noche del 12 de octubre de 2001. Ahora, el autor del trabajo “Francisco García Tejero, el gran olvidado”, cierra su exposición rogándole a la alcaldesa jerezana, María José García Pelayo, sea la impulsora a fin de rotular una calle de la ciudad de Jerez con el nombre del autor: el Maestro García Tejero. Una petición a la que desde esta reseña me sumo sin paliativo alguno.
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