" Estando un marinerito en su divina fragata/ al tiempo de echar la vela, el marinero fue al gua". Este es uno de los villancicos que se cantan en las zambombas, y que se repiten año tras año al 'Niño más hermoso que el sol bello', clara referencia a Helios, dios sol romano. El marinerito en su desazón por salvarse ve aparecer al demonio que le promete la salvación. El marinerito le dice que tiene un barco lleno de joyas y el demonio le dice que quiere su alma. El marinerito dice que su alma es de su Dios y de la Virgen. Se hunde. En Fausto de Goethe, escrito en 1808, ese sabio insatisfecho de la vida y del saber, le pide a Mefistófeles: "¡Ah! ¡Devuélveme mi juventud!". El Dr. Fausto firma con el demonio un contrato con sangre para que si en 25 años alcanza lo que busca, el demonio se queda con su alma. Fausto ama a Margarita, la deja embarazada y muere ella y el hijo de ambos. Al final Margarita intercede por el Dr. Fausto, y unos ángeles lo salvan del demonio. Un villancico sugestivo, de una cultura popular con mucha hondura.

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