Viernes Santo
Horarios e itinerarios

José Manuel Moreno Arana

La Pasión olvidada (y XXXI)

15 de abril 2025 - 03:06

Este repaso anual por la imaginería pasionista no procesional concluye hoy con un altorrelieve que pasa muy desapercibido por su ubicación. Nos dirigimos a la iglesia de San Francisco. En su nave lateral se sitúa el altar de San Antonio de Padua, un retablo neobarroco levantado en el siglo XX. En el ático o remate encontramos un altorrelieve que parece reaprovechado de un retablo anterior. Representa a la Virgen sosteniendo el cuerpo de Cristo tras su Descendimiento de la Cruz.

María se encuentra sentada y apoya entre sus rodillas el torso de su Hijo mientras las piernas de éste reposan en el suelo. Este esquema compositivo recuerda, e incluso podríamos decir que está inspirado, en el de la antigua Virgen de las Angustias de la capilla del mismo nombre, sin duda, la gran devoción jerezana de esta iconografía. Con todo, el anónimo autor introduce algunas variaciones a la composición original, ya que la cabeza de Jesús cae hacia el lado contrario y su brazo izquierdo no cuelga, sino que es ligeramente levantado por su Madre.

Pese a la suciedad y presumibles repintes, pormenores como la mano derecha de la Dolorosa o el sintético estudio anatómico y la propia cabeza de Cristo nos hablan del estilo de Diego Roldán. Si bien no está documentado por ahora su trabajo para el convento de los franciscanos, la presencia de más obras que siguen su estilo en el mismo templo y el hecho de que sepamos que vivió bastantes años en el entorno de este cenobio nos permiten sospechar una actividad frecuente para este. En este contexto pudo decorar el anterior retablo dieciochesco de San Antonio, de donde se sabe también que proceden las tallas de San Judas Tadeo y Santa Bárbara, que asimismo siguen la impronta formal de este artista, uno de los escultores más prolíficos en la ciudad durante los dos primeros tercios del siglo XVIII.

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