El parqué
Índices limitados
Leemos con asombro la noticia publicada en Diario de Jerez acerca de las razones expuestas por la Comisión Local del Centro Histórico para aprobar la colocación en el entorno del Palacio de Bertemati del monumento a la Inmaculada Concepción de María. Un dogma de la Iglesia Católica que tiene, en efecto, hondas raíces históricas y culturales en nuestra ciudad.
Este monumento pretende ser una columna de hormigón de 5 metros de altura a la que se le suman los 3,5 metros de escultura de bronce. Pues bien, los argumentos redactados por los técnicos municipales para dar el visto bueno por la vía de urgencia a esta importante actuación en el entorno del conjunto histórico-artístico jerezano y, más en concreto, sobre el propio entorno de protección del Palacio Bertemati son las siguientes: 1) porque “respeta el nuevo trazado de la plaza del Arroyo y se propone una ubicación independiente del trazado de la plaza” y 2) porque “no hay afecciones a la arqueología”.
Estos argumentos nos resultan, cuanto menos, discutibles, pues soslayan el meollo de la cuestión que no es otro que las más que evidentes implicaciones en cuestión de devaluación estética y paisajística de esta actuación. Sin embargo, los argumentos no se detienen aquí. Y el tercero de ellos, lejos de dar una justificación lógica y plausible, entra en el terreno de lo esperpéntico y nos deja una cierta sensación de burla a la inteligencia: “porque se relaciona con la torre campanario de la Catedral y con Bertemati”. Los técnicos municipales no explican en qué consistirá esta curiosa relación entre monumentos, pero pronosticamos que en ella primará más el odio que el amor. Más el conflicto estético que la armonía patrimonial.
El palacio de Bertemati, ejemplo de gran notoriedad de la arquitectura civil barroca del siglo XVIII no sólo en Jerez, sino en toda Andalucía y, nos atrevemos a decir, que también en España, fue catalogado por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural en 2005 (DECRETO 108/2005, de 19 de abril, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, el Palacio de los Marqueses de Bertemati en Jerez de la Frontera). Esta declaración lleva aparejado un entorno perfectamente delimitado que comprende parcelas, inmuebles, elementos y espacios públicos y privados. Toda la Plaza del Arroyo y calles como San Fernando están dentro de este perímetro de protección (los vecinos de la zona que hacen obras y arreglos en sus viviendas lo saben perfectamente).
Es evidente, que la colocación de un monumento, ya de por sí de muy dudosa calidad material y artística y que desmerece estéticamente con el palacio y el espacio de la plaza del Arroyo, va a suponer, como ya han manifestado públicamente otras voces autorizadas en la materia patrimonial, la devaluación de los valores paisajísticos y de percepción de este destacado enclave de nuestro centro histórico. Unos valores que fundamentaron su protección legal mediante la declaración de Bien de Interés Cultural.
En consecuencia, la colocación de esta estructura supondrá un incumplimiento de la normativa vigente sobre la protección de este espacio urbano y patrimonial. Una intervención sobre el patrimonio que los argumentos aprobados apresuradamente por una mayoría de la Comisión municipal están lejos de justificar.
Hacemos un llamamiento a la razón y al sentido común; aun se está a tiempo de no repetir errores del pasado.
También te puede interesar