Visto y Oído
John Amos
Y es que no tenemos remedio; que ya se sabe que la fraternidad cofrade es algo que nos inunda el corazón, pero tampoco podemos evitar lo de meter el dedo en el ojo, algo que no es malo, verdad, ¿Padre? y que me sale sin esfuerzo, pero tampoco hay que molestarse por mi inocente pregunta, nada mas concluir el Pregonero su extenso parlamento - no hay quién les meta en cintura a todos ellos, incluso en su día también a quién esto escribe - eso de reducir la duración de su exaltación oratoria, en las tablas de Villamarta, teniendo en cuenta lo que duelen los traseros y las rodillas, especialmente de los espectadores de más edad y no digamos lo molesta que resulta la necesaria continencia urinaria, para no salir disparados buscando el "mingitorio"…
Pero lo mejor, lo mas fraterno, la recurrente pregunta del amigo cofrade, nada mas concluir la perorata - dicho sea sin maldad -, buscando siempre que alguien te diga lo que se está deseando escuchar: ¿Qué te ha parecido el Pregón?. Y para la respuesta, según sea el preguntado, todo un catálogo de contestaciones: "Verás, muy bien, aunque un poco largo". "Bastante bueno", el amigo del orador; "Ha combinado verso y prosa y además ha tenido mensaje…" Y hasta habrá quienes se paren a discernir por materias lo que se acaba de escuchar, mientras el interrogador, insiste, "Pero… te ha gustado". Respuesta, según los casos: "Verás, ya te he dicho que a mi me ha parecido bien, aunque… y ahí se abre todo un universo de consideraciones que pueden llevarnos desde lo bien que ha sabido declamar el Pregonero hasta de que alcanzó la sublime cota de la lágrima cuando habló de aquellos que ya no están entre nosotros o lo hermoso que aparecía el proscenio de nuestro coliseo…
Pero inevitable, un año y otro y sin que lleguemos a entender muy bien si la intención es benevolente o malsana, la consabida preguntita, paradigma de la cacareada fraternidad cofrade, "¿Qué te ha parecido el Pregón?", como si para quién la formula fuera necesario reforzar su propia opinión ante lo que, a corazón abierto, un cofrade como el que interroga o como quién es preguntado, un valiente que ha aceptado el encargo del Consejo directivo de la Unión de Hermandades, para lanzar a los cuatro vientos la convocatoria pasional jerezana; uno como tu o como yo que acepta someterse al riguroso análisis de todo un heterogéneo universo cofrade; lo cual ya merece respeto y es digno de aplauso, tuviera también que decir lo que otros han pensado, lo que cree quién pregunta y lo que cuantos han sido interrogados pondrían en sus labios como palabra pregonera…
Pero así somos y así nos mostramos, ignorando horas de trabajo del que ha sido encargado "gratis et amore" de semejante tarea, porque tal vez en el fuero interno de quién formula la recurrente pregunta esté ese íntimo y secreto anhelo de que quizá el debería ser llamado para ocuparse de un cometido que, se diga lo que se diga, imprime carácter y por el que quién acaba de bajarse de la tarimilla sobre la que suele alzarse quién tiene a su cargo el Pregón, será ya de por vida llamado Pregonero de la Semana Santa de Jerez…
Y a mucha honra.
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