Rey caducable

Menudo papelón le han reservado al pobre monarca en la ONU. Teniendo en cuenta que Nuestra Majestad lo es también de Jerusalén, llama la atención que lo azuzaran a defender la causa palestina. Cosas del destino.

Siempre fue un consejo patriarcal, si acaso más matriarcal, el tener cuidado con las juntas. ¡Vaya, que no era bueno juntarse con cualquiera! Esta precaución, que es de sentido común, se atribuye al filósofo estoico Epicteto que decía: “Ten cuidado con qué personas te juntas, porque es difícil no ensuciarse si te vas con personas que están manchadas”.

Hemos visto en Naciones Unidas a un Pedro Sánchez, -cada vez más parecido al cochero de Drácula-, a mandíbula batiente con Su Católica Majestad. A mi parecer estaban demasiado juntos, porque si el mal semblante del político obedeciera a enfermedad del cuerpo, se habría de temer al contagio; pero, si la enfermedad fuera del alma, se habría de temer al político. Y visto lo visto, no cabe duda de que Pedro Sánchez es un bicho político, un ‘zoon politikon’ que diría Aristóteles.

Por eso, ese bicho..., ese ‘zoon politikon’ debe estar buscando una jugada maestra que le permita afrontar unas elecciones que, en principio, le son adversas según las encuestas que van apareciendo. Quizás un torpedo perdido de la fragata que acompaña a doña Hada, perdón, Ada Colau permitiera una declaración de guerra abierta con el estado de Israel que removiera los tuétanos patrios emulando a Isabel La Católica y convocando elecciones en simultáneo.

O hacerlo bajo la promesa de pasar a Felipe VI por la metafórica guillotina de las urnas, con compromiso de devolución familiar a Villa Giralda, en Estoril. Todos sus socios de gobierno le harían la ola y las elecciones pasarían a ser monarquía sí, monarquía no.

Majestad: ¡Cuidado con las juntas!