Si Jerez muere

15 de diciembre 2025 - 03:07

Durante estas intensas semanas de zambombas, no puedo evitar recordar el ensayo de Salvatore Settis, historiador y arqueólogo; Si Venecia muere. En él, Settis lanza una advertencia sobre la degradación de los centros históricos cuando el único recurso, hoy mortífero, es la explotación turística. La reflexión es simple pero aterradora: ¿cómo recuperarán los venecianos el control de su ciudad cuando su patrimonio se convierte en mercancía?

En Jerez, el peligro es real. La proliferación de pisos turísticos en el centro histórico, el abandono progresivo de vecinos y la transformación de los alquileres en productos comerciales generan un paisaje extraño, donde la ciudad parece un parque temático.

Recuerdo que mi padre me contaba cómo, de niño, el día que celebraban la zambomba en la casa de vecinos, su padre lo mandaba a recoger cañas cerca de las vías del tren para montar las zambombas con las que cantarían villancicos. Eran otros tiempos, sin la presión del turismo masivo ni del capitalismo que lo regula todo.

Hoy se dividen dos facciones: quienes ven en estas fiestas un motor económico para el comercio local; y quienes perciben un turismo de borrachera que aleja la esencia vecinal de la tradición. Ninguna postura es despreciable, pero el equilibrio es imprescindible. Las fiestas, como la ciudad, necesitan regulación a todos los niveles.

Si Jerez muere, no será por el paso del tiempo ni por los cambios inevitables, sino por nuestra incapacidad para cuidar lo que nos hace únicos.

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