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Opinión
La frase no es gratuita; durante años la oí pronunciar al responsable del atrezo del teatro en el que trabajé durante un tiempo; también en otros de Andalucía y de diversos pueblos y ciudades de nuestra piel de toro. Como todo en este mundo es cambiante, ignoro si la frase tiene aún vigencia. Es posible que haya sido sustituida por ¡descorran la cortina! o cualquier otra que la sustituya cuando la función va a empezar. Es lo mismo que con las bambalinas que servían de calle para la aparición o desaparición de actores y actrices cumpliendo con sus cometidos en la acción de la obra a representar. Como quiera que la luz ha venido a jugar un papel protagónico, decorados, bambalinas y otros elementos indispensables para situar la acción teatral, son resueltos con los múltiples cambios que los focos permiten.
Ignoro si el Teatro La Gotera de Lazotea que, con la Luna Nueva va a ser puesto a disposición de los jerezanos en el corazón del barrio de San Miguel, al parecer a finales del mes próximo, tendrá telón o cortinas que permitan establecer esa pausa necesaria para ultimar los detalles que requiere la obra a representar mientras el respetable ocupa sus localidades. No importa: lo verdaderamente importante es que el nuevo teatro, que con el Jerezano –cuando éste abra sus puertas- y Villamarta, conformarán un trío envidiable del que podremos gozar eligiendo el cartel que más nos atraiga como espectadores.
A estas alturas, mi afición primero y profesión después –sin olvidar la primera-, celebro al máximo el panorama teatral que se nos va a ofrecer y del que, en gran parte –por edad- me veré privado. No reseño mis preferencias teatrales, pero ansío textos de ayer y de hoy, directores, actores y actrices dispuestos/as a enfrentarse a clásicos y modernos utilizando correctamente la expresión corporal y la vocalización con claridad ya sea en castellano o en andaluz.
Hace años, tantos que en ocasiones es imposible recordar, llevamos a cabo un encuentro en un local existente entonces en Plaza Aladro que, dirigido por Juan Galán (qepd) –padre del matador de toros Juan Pedro Galán-, solía ofrecer recitales de cante –recuerdo los de Juan Villar, Chiquetete y otros- con la pretensión de llevar a cabo una colaboración entre el grupo de actores de Radio Popular de Jerez que tuve la satisfacción de dirigir por espacio de diez años y miembros del grupo La Gotera de Lazotea. No coincidimos entonces y lógicamente no hubo colaboración, lo que por otro lado era lógico ya que ellos tenían ideas que querían materializar dentro y fuera de Jerez y de Andalucía, lo que finalmente han logrado hasta el extremo de convertirse en un referente en el teatro independiente, personal y acaparador de premios. Lo nuestro, aun cuando cumplió durante el tiempo que se mantuvo en activo con su cometido, estuvo desde el primer momento diseñado con un sentido más localista.
Ahora, tras recorrer multitud de escenarios, La Gotera de Lazotea se enfrenta, junto a la Luna Nueva, a una empresa ilusionante que ojalá obtenga el éxito que merece por su trabajo de años y por esa aventura de abrir un teatro en el corazón del barrio de San Miguel, al que a no dudar llegarán los ecos de los cantes de La Paquera, los Moneo, Rubichi y tantos y tantos otros como fueron paridos en uno de los más flamencos barrios: La Plazuela, donde se mantuvo en activo y en su calle Molino de Viento, la más veterana peña flamenca de Jerez, la de “Los Cernícalos”, presidida que estuvo desde su creación y hasta casi su cierre definitivo, por Antonio Benítez Manosalba. Para él, felizmente entre nosotros a punto de cumplir 92 años y, para cuantos fueron sus compañeros ya idos, mi permanente adhesión como aficionado amigo. Para quienes van a llegar alumbrando el Molino de Viento con el arte del teatro y de cuantas otras actividades precisen de un escenario, La Gotera de Lazotea, de la mano de la Luna Nueva, mi admiración por su trabajo y el deseo de que la suerte les acompañe en esta nueva y feliz aventura.
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