Trabajar menos...

11 de junio 2025 - 03:06

Para vivir mejor. Es el lema de la Ley de Reducción de la Jornada Laboral. Inmediatamente han salido gritando la patronal, la derecha y bastantes articulistas. Sus argumentos se resumen en dos: que se va a arruinar el país y que estamos creando generaciones de vagos y subvencionados a los que se quiere acostumbrar a la sopa boba. El primer argumento ya se utilizó con la subida del Salario Mínimo (se demostró que no) y el segundo, recurrente en el espectro neoliberal, traducido resulta que el que necesite algo se lo pague, con lo cual sobran los impuestos.

La historia se repite. El avance de las civilizaciones va paralelo a la reducción del tiempo de trabajo y a la mejora de las condiciones laborales. Hasta hace relativamente poco la jornada era de sol a sol y no había seguro de enfermedad ni vacaciones pagadas. Se trabajaba a destajo y con salarios de hambre. Las 40 horas semanales no llegaron por ley hasta 1983. Y cuando los sindicatos arrancaban a los gobiernos cualquier mejora siempre surgían los corifeos apocalípticos anunciando desgracias y el fuego eterno. Como ahora.

El problema es que hay quien quiere quedarse con el cien por cien de los aumentos de plusvalía que se van generando los cuales, en estos tiempos de internet e IA, son enormes. Por ello parece razonable que el reparto se equilibre un poco. La reducción de jornada no crea vagos. Favorece que haya gente con más tiempo para la conciliación familiar y para el enriquecimiento cultural, la formación y el ocio, o sea, para vivir todos mejor. Además, sirve para repartir el empleo.

Dicen que dijo Dios a Adán y Eva: Trabajarás con el sudor de tu frente. Pero no dijo las horas que había que trabajar. Las dejó a cargo de la razón y la justicia social, no de la patronal y la derecha. Afortunadamente.

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