Es curioso pero tiene que venir una persona de fuera para poner las cosas en su sitio. Sí, hablo del promotor José Luis Lara, alguien con mentalidad empresarial pero que a su vez tiene clarísimo cuál es la esencia de eso que llamamos flamenco, no en vano es nacido en Algeciras pero bautizado en Jerez, porque toda su familia es de aquí. O sea, que sabe bien lo que hace. Gracias a ello ha confeccionado un cartel en el que está perfectamente representada la raíz o el cante puro, como dicen algunos. Junto con Rafael Agarrado han puesto en pie una propuesta artística en la que se alinean la juventud más incipiente (llámese esta Enrique Remache, Rafael del Zambo y Manuel de la Nina) con la que ya lleva un tiempo asentada (David Carpio, Felipa del Moreno y Rancapino chico) y por supuesto primeras figuras: Manuel Moneo, Capullo, Aurora, Panseco, Manuela Carrasco, La Macanita y Remedios Amaya. No ha tenido que vender humo ni motos de nueva savia de jóvenes, de formatos diferentes o cosas así. Solamente es tener coherencia en lo que se hace, conocimiento del panorama artístico actual y de lo que gusta en esta ciudad ciudad, y sobre todo, creer en el proyecto. Lo demás, por mucha milonga que se quiera vender, sobra. Además, por si faltaba un toque más de señorío, devuelve a la actualidad a la figura de Moraíto con una iniciativa interesante y muy similiar a la que la Sociedad del Cante Grande de Algeciras desempeña con la Palma de Plata y su homenajeado.

Como aficionado es para estar encantado con este festival, que bien podría haber sido el cartel de la Fiesta de la Bulería, más si cabe este año que se cumplen cinco décadas de vida. Y que me perdonen, pero sigo sin entender por qué se celebran los 25 años de la muerte de Camarón (que sólo vino a la Bulería 4 veces en 50 años) en la próxima edición cuando lo más lógico era hacer algo grande, con nombres como los que, afortunadamente en julio, veremos en la plaza de toros.

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