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TRAS un ingrato y largo olvido, son muchos los nombres relacionados con la historia del arte de nuestra ciudad que han salido a la luz en las últimas décadas gracias a diversos investigadores. En esta ocasión pretendemos recordar uno de esos nombres, vinculado concretamente con la arquitectura del siglo XIX. Se trata de Agustín García Ruiz, un maestro de obras que desplegó su actividad en una época muy concreta, el reinado de Isabel II, periodo de gran desarrollo constructivo en Jerez en el que nuestro personaje brilló con luz propia. Si conocemos muchos detalles de su vida y su obra es gracias a historiadores del arte como Fernando Aroca Vicenti y, sobre todo, Jesús Caballero Ragel, que lo ha incluido en su reciente tesis doctoral, dedicada precisamente a la arquitectura y el urbanismo jerezanos durante la etapa isabelina. Por Caballero se sabe que nació en Jerez en 1808, curiosamente en el seno de una familia de cierto nivel adquisitivo. Parece que desde 1830 hasta su fallecimiento en 1869 trabajó en múltiples obras, especialmente viviendas, aunque también ejerció de manera interina en distintas ocasiones como arquitecto municipal. No es difícil hallar el rastro de su prolífica labor constructiva por las calles del centro. García Ruiz fue un representante del incipiente eclecticismo, corriente propensa a lo decorativo y a la mezcla de estilos. Semanas atrás hablábamos de la casa de la esquina de las calles Carmen y Sedería y su mirador neogótico. Quede también testimonio de su autoría sobre la bodega 'La Constancia' y la portada principal de González Byass o, entre otras muchas, sobre casas como la nº 1 de Diego Fernández Herrera y las 5 y 7 de Porvenir, que conforman una de las fachadas más llamativas del diecinueve local, con su vistosa rejería y sus curiosos mascarones y cabezas de animales.
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