El altercado por persona interpuesta entre la presidenta de Madrid y el ministro de Presidencia del 2 de mayo es un caso práctico de lo que Luis Miller llama polarización cotidiana en su ensayo sobre la política que nos divide. Ayuso debe mucho a Bolaños. El entonces secretario general de la Presidencia del Gobierno fue uno de los valedores de la moción de censura fracasada en Murcia en marzo de 2021. Lance que permitió a Ayuso romper con Ciudadanos y encumbrarse en las elecciones de hace dos años. Es grosero que la presidenta madrileña utilice la tribuna de un acto público a su capricho particular. Y aún peor, que un ministro acuda sabiendo que no es bien recibido y se vaya con el rabo entre las piernas. Estos excesos son un síntoma de que vamos hacia las elecciones más polarizadas de los últimos 40 años.

En Cataluña los dirigentes separatistas, aliados del Gobierno, no saludan al Rey ni lo invitan a sus actos institucionales porque consideran ilegítima la monarquía. En Madrid, el ultranacionalismo español hace lo mismo con el Gobierno de la nación; al que también considera ilegítimo. Miller apunta que sólo una nueva sociedad civil organizada y unas instituciones reforzadas nos sacarían de estas disputas estériles que agotan la energía de los ciudadanos. A PP y Vox no le gustan los pactos de Pedro Sánchez con Podemos o los separatistas, pero España no es la dictadura que retrata la derecha española. Ayuso dice que "vamos camino de una dictadura, sometidos por un tirano", y Bendodo habla del "delirio dictatorial de Sánchez".

El dirigente malagueño es ahora el tonton macoute de Feijóo, como antes lo fue de Moreno. Y Bolaños es el Bendodo de Sánchez. Ambos capitanean el juego sucio de sus partidos, que ha dejado vacío el centro, en un movimiento hacia los extremos que no ha parado de crecer desde 2011. La relación formal debida entre una presidenta autonómica y un ministro del Reino de España debería ser exquisita. Los dos querían sacar partido del 2 de mayo y una vez más se apunta el tanto la populista presidenta madrileña, que logra poner el foco entre ella y lo que el PP llama el sanchismo, al que niega cualquier legitimidad.

Con ese numerito, Ayuso ensombreció la presencia de Feijóo en el día de la Comunidad y Bolaños eclipsó a la pareja socialista Lobato&Maroto. Hay quién ve a la estrella popular de candidata en diciembre; Aznar la señala desde hace tiempo como la líder más relevante del país. Si logra mayoría absoluta el 28 y el PP no alcanza alcaldías como la de Sevilla o presidencias como la de Valencia, habrá dudas sobre el líder gallego. Lean a Luis Miller; parte de la sociedad española está harta de la política. Los cambios económicos y sociales han convertido a España en un país más pobre y desigual. La polarización no surge de la nada, se hace con incidentes como los del martes. Y son los agentes políticos, en un proceso diseñado por la cúpula de los partidos, quienes han dado pie a la división política y social del país.

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