Casting en La Moncloa

La tendencia de la temporada es mujer, joven y alcaldesa. En 2018 fue tertuliano, juez en órbita del PP o astronauta

Sánchez sigue haciendo castings en sus gobiernos. La tendencia de esta temporada primavera verano es mujer, joven y alcaldesa. Cuando ganó la moción de censura hace tres años se llevaban el tertuliano, astronauta o juez en órbita del PP. No es un defecto privativo. Lo hizo Díaz en Andalucía. Cuando en 2017 Susana hizo su tercer y último gobierno, tras fracasar en las primarias contra Pedro, en menos de cuatro años en el poder ya había tenido tres consejeros de Educación, tres de Sanidad y tres de Agricultura. Casi a consejero por temporada. El reproche no cabe atribuirlo en exclusiva a ella, sino al departamento de recursos humanos de su partido. En la década anterior hubo ocho consejeros de Educación y siete de Agricultura.

Así que no es de extrañar que de los seis nuevos ministros socialistas que entraron en el Gobierno en enero del año pasado no quedaran más que dos en la foto del martes en La Moncloa. Es el signo de los tiempos. Todo es efímero: Iceta ha durado un semestre en Administración Territorial. Ahora se le quita ese referente al ultranacionalismo catalán, en lo que probablemente sea una buena jugada táctica. Igual que la desaparición de Iglesias y ahora de Calvo. Los dos vicepresidentes con galones, a los que marcaba la oposición con enojo, ya no están, lo que deja a PP y Vox como a la defensa italiana en Wembley cuando Luis Enrique sacó a Dani Olmo de falso 9.

La defenestración de la vicepresidenta Calvo es un clásico: Suárez prescindió de Abril Martorell, Calvo Sotelo de Martín Villa, González de Guerra, Aznar de Cascos y Zapatero de Fernández de la Vega. A todos les fue peor tras los cambios. Sólo Rajoy mantuvo todo su mandato a Sáenz de Santamaría. Y la introducción de personalidades emergentes pensando en clave electoral tampoco es novedad. Ahora tenemos como posibles candidatas para 2023 a Isabel Rodríguez para Castilla la Mancha, Pilar Llop en Madrid, Diana Morant para Valencia, Pilar Alegría en Aragón… o María Jesús Montero para la Alcaldía de Sevilla.

En todo caso, el PSOE al menos se mueve. Mientras, sus socios de Unidas Podemos parecen anquilosados, con ministros y ministras amarrados al cargo con contratos blindados en la firma del acuerdo de coalición. Sus aliados parlamentarios siguen con la matraca independentista y la oposición lo único que sabe decir es que quiere ya unas elecciones para las que faltan más de dos años. El único cambio en la escena política es este casting en la cantera socialista.

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