La esquina
José Aguilar
Yolanda no se va, se queda
DESDE hace unos meses, buena parte de las calles de Jerez están invadidas de obreros y maquinarias para hacer una red de carriles bici en la ciudad. La idea es más que loable y un paso de gigante en el objetivo de hacer una ciudad menos contaminada. Pero no alcanzo a entender que esto se haga a costa de un espíritu arboricida que roza lo kafkiano. Pero mis niveles de asombro alcanzan cotas inimaginables ante la actitud de colectivos sociales y defensores del medio ambiente que no se movilizan ante esta tala. Algunos habrán lanzado la voz de manera tímida a través de un comunicado o lo habrán dicho como ruego en una de las maratonianas reuniones de la mesa de la movilidad. Pero si la historia nos mostró algo es que solo con la movilización y las acciones reivindicativas se pueden cambiar las cosas. Ahora es la calle Ponce, pero ya ocurrió lo mismo en las avenidas Medina Sidonia o León de Carranza, por citar algunas. La tibieza de estos colectivos ante este 'arboricidio' los convierte en cómplices
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