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Fátima Ruiz De Lassaleta

Diálogo en la Plaza con Luis, capataz de viña

04 de enero 2010 - 01:00

HOY sábado he venido a Jerez, con la señora, a hacer unas compritas. Es que allí en Las Tablas, ya hay de todo y no hay que venir todos los meses como antes". No me cuente mas Luís, que hoy quiero empezar esta charla, en lugar de terminarla, con un saludo de un poeta, para mí muy recordado, que ovacionó todos los oficios jerezanos: "Afanosas las cuadrillas/ buscan y cortan con mino/ el recoleto racimo/ de las uvas amarillas./ Va, lento, en las angarillas/ el tesoro al almijar./ Viene la brisa a besar/ el reposo de la brega./ Y cuando la sombra llega/ suena un reclamo, un cantar/", escribió Julián Pemartín.

"Y cuántas cuadrillas, hasta veinte he llegado a mandar en muchas vendimias. Antes no empezábamos tan pronto como ahora que lo hacen a finales de agosto, esperábamos hasta la segunda semana de septiembre, más madura la uva se obtiene más grados de alcohol. Pero como ahora ya quieren los vinos mas ligeros". "Tenga en cuenta que le estoy hablando de poco después de cuando Las Conchas era todavía un olivar, con cerca de 30.000 olivos; era de Pérez Lila, donde había varias Conchas, lo tuvo arrendado don Urbano, que al lado tuvo después arrendado Santo Domingo y se compró la nuestra para plantar un millón de cepas, fíjese un millón, que se dice pronto".

Yo las vi recién en plena producción en el año 65, al emplearme en la bodega. Y daba gloria verlas, tan bien alineadas, tan bien cruzada con una carretera de asfalto que llegaba casi hasta la vecina 'Santa Bárbara' y por el otro lado hasta 'San Juan' de Palomino y Vergara. "Es que era costumbre ponerle a las Viñas, muchas veces el patronímico de su dueño. Cerro San Julián, del familiar que Vd. ha mentado". Y qué linda estaba allí su casa de capataz principal, con sus comederos de piedra sembrados de pitas y geranios delante y con su palenque detrás. "Aquel palenque para uvas de postre era exquisito. La beba, de granos gordos. La moscatel dulce, como la miel. La corazón de cabrito, pequeña. Vd. llegó a probarlas". Si, pero se sacrificó en pro de la producción general. Sólo quedó hasta el 83, que yo sepa, el jardín y frutales del otro caserío 'Paraíso'. Y qué dulces resultan las brevas y los albérchigos de viña.

"Es que los otros dos caseríos eran sólo de uso industrial. El uno dedicado a Almijar, al principio al descubierto, pues antiguamente no llovía con tanto malaje como ahora y en septiembre no tenía por qué llover. En el otro se instalaron las 32 prensas horizontales, capaces de prensar en cada vendimia más de ocho mil botas de mosto. Muchas más, si se traía uva de otras viñas y se aumentaba un turno".

Aún recuerdo los bienteveos de cañas, en alto sobre las cepas, para vigilar por los raterillos. "Si, pero allí no hicieron mucha falta porque se alambró todo el perímetro de las doscientas veinticinco hectáreas y a lo más que servían era para ahuyentar a los perros, que le gusta las uvas a los canes. Que yo he visto a más de uno con ligeras camballadas, por haberse atracado". Aquello es el Pago de Balbaina. "Sí, muy buenos olorosos, como Añina da buenos finos y el Pago de Macharnudo excelentes amontillados. Y a estas viñas en estos pagos privilegiados hay que amarlas, hay que cuidarlas como un jardín y mimarlas como a la niña de los ojos de uno".

Que sí, que dije que no acabaría, pues ya empecé con unos versos de los premiados con la Flor Natural de los juegos Florales de la XIV Fiesta de Vendimia, mientras que Vd. dirigía, bajo la supervisión de don Alberto o don Pedro, la plantación originaria de vides, el cava-bien, el injerto, el agostado, la primera poda, pero no me resisto a dejar en el tintero estos tan bonitos: "Gloria, doncella, al amante/ que te convierte en matrona/ tras ceñirte una corona/ que te ilumina el semblante./ Gloria al amante constante/ que en cadañera labor,/ con rudeza y con primor,/con la cava y el injerto/ te provoca a fruto cierto/ ¡Gloria, Viña, al Viñador!". J.P.

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