Envoltura cofrade

En las últimas semanas hemos ido desde los decretos firmados por el obispo de Cádiz sobre las coronaciones canónicas y las procesiones extraordinarias hasta la festividad del Corpus, pasando por las cuentas del consejo o los cambios de párrocos en la Diócesis.

De elegir un tema, me quedo en esta ocasión con el documento de los Obispos del Sur sobre las cofradías. Interesantísimo. El escrito reivindica uno de los ejes por el que ‘cojean’ las hermandades: La formación. Y para llevar a cabo un buen proceso de formación se hace necesaria una herramienta o vehículo que motive a los cofrades y les haga despertar esta parte fundamental del cristiano maduro. También se haría necesaria la participación directa de los directores espirituales que actualmente acompañan a las hermandades pero se comprometen poco con el desarrollo de estas instituciones afianzadas en la denominada piedad popular.

El otro gran punto importante del documento es la envoltura y sus peligros. “Si la piedad popular perdiera su raíz evangélica y eclesial y se convirtiera en mera expresión folclórica o costumbrista traicionaría su verdadera esencia”, dice el documento de los prelados del sur de España.

Estamos llamados a ser verdaderas herramientas de apostolado porque no somos un ente extraño inspirado en el cristianismo. Así que se les da un cierto toque a los cofrades para estar presentes en la liturgia, en la oración y en la tarea de llevar el mensaje de Cristo. Para ello, debemos de prestar menos atención al ornamento o la envoltura de la que tanto gusta deleitarse. La piedad popular es una magnífica forma de llegar a Cristo y de hacerlo visible en esta sociedad secularizada. Pero lo que rodea a las cofradías se convierte en muchas ocasiones en pura envoltura carente de contenido por dentro. Este no es el objetivo final. Si nos quedamos en lo puramente superficial, vana será nuestra fe. Eso es lo que se nos advierte y a ahí queda la invitación que nos hace la Iglesia del sur.