Propagandistas de la verdad

Eduardo del Pino

Profesor titular de Filología Clásica de la Universidad de Cádiz

Episodios republicanos

HE leído el libro Episodios republicanos que escribió Antonio Fontán y acaba de publicar Eduardo Fernández. Resulta que Fontán escribió estas memorias de la II República en los años 60 del pasado siglo, pero fue dilatando su publicación; y, finalmente, después de la caída de la dictadura, prefirió no darlo a la imprenta, en la idea de no empañar el clima de consenso que presidió la Transición democrática de la que fue parte no pequeña.

Hay que aprender que todos los periodos recientes de nuestra historia dejaron resquemores. Debemos darnos cuenta de que se nos quiere hacer pasar por una re-transición: echar cuentas de nuevo. Alguien ha dicho por eso que no hay nada más imprevisible que el pasado.

No debemos engañarnos en que la re-transición de Sánchez y Podemos busca la instauración de la III República de España, una República Federal que por eso apoyan multitud de pequeños partidos, más o menos separatistas. Quizás todos esos partidos representen a la inmensa mayoría de los españoles; o quizás es la ley electoral la que permite su mayoría absoluta en el Congreso.

Si fuese una cuestión de la ley electoral y la inmensa mayoría de españoles siguieran queriendo una monarquía parlamentaria, sería urgente hacer unas pequeñas reformas a la transición del 78 (y a su Constitución), antes de que nos pasen a la república. Podrían hacerlo PSOE y PP (que parecen todavía poder representar a casi todos), si llegasen a acordar esa reforma y a tener juntos una mayoría suficiente para ella en el Congreso. En esa reforma podrían incluirse, aparte de la ley electoral, la mejora de algunos de los contenidos que tuvo nuestra transición democrática: la centralización de competencias como sanidad, educación, justicia o prisiones; o la reformulación de los aforamientos. Es algo que podrían pactar sendos líderes con amplitud de miras.

Fontán tuvo por modelo a estadistas de la Antigüedad como Cicerón. Y es sabido que este último propuso, en el momento más desastroso del estado de libertades en Roma, un acuerdo de los mejores políticos de ambos partidos: optimates y populares, para evitar caer en una tiranía (lo que luego fue el imperio). ¿Hubieran podido ser estos líderes Redondo Terreros y Mayor Oreja? No podemos saberlo, porque el pasado es totalmente previsible. No lo es el futuro, y eso es una esperanza.

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