Alejandro Daroca

Entre Fiesta y Fiesta, Pepe Estévez de los Reyes

Desde la Castellana

09 de mayo 2015 - 01:00

SE acabaron las jornadas moteras con notable éxito deportivo, de público y es de suponer que económico. Hasta el Rey emérito se acercó al Circuito para vivir esta jornada. Más de 250.000 personas pasaron en los tres días por sus instalaciones, alcanzando en la mañana del domingo cifras récords de asistencia. Lo que confirma que Jerez es, de verdad, la capital mundial del motociclismo. Todo un acierto de organización y sin graves incidentes que lamentar, aunque en las carreteras españolas fueron cuatro los motoristas que fallecieron el pasado fin de semana.

Y ahora ya estamos a las puertas de la Feria, que también promete éxito de asistencia y climatología, con un ambiente del mejor de los últimos años. No sé si es verdad que la crisis ha pasado y renace en la sociedad cierto espíritu de alegría y consumo, pero tanto las expectativas feriales como lo sucedido el fin de semana pasado con el Campeonato mundial de Motos ponen en evidencia el renacimiento de lo que en España siempre se ha dado en llamar la alegría de vivir.

En las pasadas jornadas moteras como en las venideras feriales, en todos los puntos álgidos de actuación, está María José García Pelayo, nuestra alcaldesa. Tiene una agenda exhaustiva, apretada de compromisos y obligaciones y en todas las citas está con su mejor semblante y sonrisa. Lo vemos en las fotos publicadas y te lo cuentan los que están cerca de ella en cada momento, como pude comprobar personalmente la pasada semana, en un encuentro preciso y ligero en un descanso de sus obligaciones senatoriales. Es que está en campaña electoral, te comentan los más críticos, pero es que se ha comportado de esa manera en toda la legislatura, y así ha venido desarrollando sus cuatro años de mandato. Ha habido momentos amargos y circunstancias que más aconsejaban quedarse en su casa, encerrada y sin dar la cara. Pero siempre ha estado haciéndole frente al toro embolado de los problemas. Y además ha sabido rodearse de la gente adecuada, como lo demuestran los 35 millones de superávits que han presentado las cuentas municipales del ejercicio 2013. ¿Qué mas se le puede pedir al electorado para refrendar la actuación de María José para cuatro años más? No voto en Jerez, pero si lo hiciera, no mantendría dudas al acercarme a las urnas el domingo 24.

El caso es que entre Fiesta motera y Fiesta Ferial, ha tenido la Pelayo el acierto de dedicar una glorieta de la antigua circunvalación al empresario ya fallecido y muy recordado José Estévez de los Reyes. Mínima dedicación de un Ayuntamiento a un hombre jerezano, de nacimiento, porte y maneras, que quiso y supo llevar siempre a Jerez por estandarte de sus quehaceres. Hombre afable y entregado a sus labores empresariales, ha dejado a sus hijos y a Jerez todo un emporio empresarial que produce riqueza y da trabajo, buen nombre y emblemático en cualquier confín de los vinos de Jerez. Porque tras mucho batallar en sus años jóvenes, fue el vino su objetivo, su obsesión y su crecimiento.

Por razones de edad obvias, no llegué a intimar con Pepe Estévez, pero me queda el testimonio del gran cariño, afecto y consideración que siempre tuvo hacia mis padres. Era un hombre festero, desprendido, sonriente, amable y encantado de favorecer a los que le rodeaban pero, sobre todo, emprendedor y con ánimo de riesgo. Alguna copa me tomé con él y con mi amigo Alfonso, que hoy encabeza la plataforma para recuperar y poner en su sitio el buen nombre de Pepe Estévez y doy testimonio de su permanente buen ánimo y entrega a sus amigos. Con su esfuerzo, ladrillo a ladrillo y marca a marca, logró crear una gran empresa, Estévez, que sus hijos no sólo gestionan adecuadamente sino que enaltecen las herencias educativas recibidas. Algo más que una glorieta merecería Pepe Estévez de los Reyes.

darocabruno@hotmail.com

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