Fernando / Taboada

Gaditanos de pro

Habladurías

03 de abril 2016 - 01:00

HACE años se me acercó un señor por la calle para felicitarme por mis artículos: "Taboada -me dijo-, hay que ver lo bien que escribe usted. Es que no tiene ni una falta de ortografía."

Salvando las distancias, pero aplicando el mismo concepto que mi amable lector tenía de lo que es escribir bien, podríamos felicitar al insigne Ángel León por ser tan buen cocinero que ni se le pega el arroz. O a Manolo Sanlúcar, ese guitarrista tan virtuoso que es capaz de tocar sin desafinar siquiera.

Y lo digo porque ese apretado concepto del talento es el que parecen aplicar los que se han indignado con la campaña de promoción de la provincia que la Diputación acaba de poner en marcha. Por ella desfilan célebres bailaoras y cantantes melosos de la tierra, cocineros de tronío, incluso algún matador de toros jerezano, pero según cierto sector crítico, muy disgustado con ella, la campaña es un insulto para el pueblo, ya que muchas veces esos artistas "miran por encima del hombro" y porque semejantes celebridades no representan a la gente de aquí. Los que realmente nos representan -según ellos- son los trabajadores del metal o los obreros de la construcción. Vale.

Yo no sé si un torero representa más las esencias gaditanas que un chirigotero, pero lo que sí parece indiscutible es que, manías personales al margen, lo que no nos retrataría a los gaditanos es que sacaran a un faquir con su turbante o a un domador de leones. Pero a un albañil tampoco, entre otras razones porque albañiles los hay en Albacete y en la Baja California.

El hecho de haber escogido para promocionar la provincia a gente del flamenco, del fútbol o de los toros parece lo sensato, independientemente de que a uno el flamenco le resulte una tortura o de que los toros le parezcan una versión barroca del canibalismo. No es mi caso.

Puede que usted, que a lo mejor nació en Barbate, no se sienta identificado del todo con un cocinero que hace guisos con escamas de pescado. Y puede que a mí, entre escuchar un disco de Alejandro Sanz y echar la tarde descargando camiones de mudanzas, me apeteciera más esto último. Pero eso no significa que los honrados ciudadanos que trabajan descargando camiones de mudanzas representen mejor a los gaditanos que los cantantes melosos o los cocineros audaces.

Nos guste o no, las batas de cola nos representan mejor que las batas que llevan los cirujanos. Y los trajes de luces, siendo parecidos, son más propios de aquí que los de astronauta. Pero eso no quiere decir ni que los astronautas sean gente despreciable ni que lo sean los cirujanos. Lo que pasa es que, mientras los adolescentes no empapelen sus dormitorios con fotos de cirujanos, o de sindicalistas cortando el Puente Carranza, sino que los adornen con retratos de futbolistas o de cantantes (por muy melosos que sean) estas campañas de promoción seguirán dando la espalda a los currantes, que son muy respetables y a lo mejor escriben sin cometer faltas de ortografía. Pero a veces eso no basta para ganar un Nobel. Que me lo digan a mí.

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