Nadie sabe si el sátrapa de Putin se contentará con Ucrania o sus delirios zaristas e intereses mas materiales lo llevarán más allá. Un hombre con experiencia y capacidad de análisis como García Margallo dijo la semana pasada que el ataque se circunscribiría a las regiones orientales prorrusas de Ucrania. Y a día de hoy se asedia Kiev y se ocupa todo el país. Y amenazando a su vez a cualquier estado tercero que pretenda acudir en defensa del atacado, esgrimiendo Rusia su arsenal nuclear, cuya movilización se ordena en las últimas horas. Se supone aún algo de cordura en el Kremlin, que conoce que cualquier ataque a otras naciones, como las bálticas, podría suponer la activación del artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte y la entrada en el escenario bélico de las potencias nucleares que son parte del mismo. También del resto de sus componentes, como es España.

Pero es que aunque no se llegue a tal peligroso punto de no retorno, recemos por ello, la situación puede volverse insostenible si se prolonga ante la previsión de la interrupción del suministro de gas ruso a Europa Central y los problemas vitales al suministro energético que ello ocasionaría.

Esperemos que las partes concreten algún tipo de entendimiento en las negociaciones que se pretender iniciar en Bielorrusia, que más que amistosas, parece que serán un trágala para el heroico Zelensky.

Mientras tanto, solo se puede manifestar un absoluto apoyo por el pueblo ucraniano, que por el solo hecho de existir y ser soberano de sus decisiones está padeciendo el horror destructivo que siembra Rusia. Y admiración por cada hombre y cada mujer de Ucrania, que dentro y fuera de su ejército están ejerciendo resistencia al invasor demostrando un amor a su país y un valor que ha de ser recordado por la historia cuando lo fácil hubiera sido allanarse al poderoso. Todo esto queda lejos de España, pero no tanto del Campo de Gibraltar. La existencia de una base militar británica en la colonia, así como el propio paso del Estrecho, nos coloca en un área de interés estratégico en caso de ampliación del conflicto, con lo que ello conlleva. A su vez, Marruecos no está siendo ajeno al momento y enseña sus fauces con la instalación de sistemas balísticos antiaéreos cerca de Ceuta y Melilla, lo que valió la contundente intervención del Ministro Albares, expresando sin ambages el compromiso del gobierno con la defensa firme la integridad territorial de España, en caso que intentase ser vulnerada. Ojalá todo se reconduzca, y por una vez, nuestro gobierno y oposición caminen de la mano, en defensa y por el bien de España.