TRIBUNA LIBRE

Aroa Lobo Ruiz / Concejala De Izquierda / Unida En El Ayuntamiento / De Jerez

Mujeres al borde de un ataque de nervios

05 de octubre 2011 - 01:00

SENTIMIENTO de estar fuera de control, llanto, gritos, sofocación, temblores... Todos estos síntomas son los que padecían las protagonistas de una de las películas más aclamadas del cineasta español Pedro Almodóvar, Mujeres al borde de un ataque de nervios.

En este caso, las protagonistas no son actrices, ni actúan en una película, por mucho que sea el terror lo que mejor defina su situación. Sin embargo, también sufren los mismos síntomas que padecían las mujeres que interpretaban las escenas de la película de Almodóvar. Se trata de las trabajadoras que prestan el servicio de ayuda a domicilio a través de la concesionaria privada Acasa.

Que la plantilla de Acasa, que en su mayoría es femenina, y esta vez permitidme que hable en femenino, sufra ataques de nervios se debe a que llevan más de tres años teniéndose que manifestar mes sí y mes también a las puertas del Consistorio jerezano para que se les abonen sus nóminas. Pero este mes ha sido la gota que ha colmado el vaso, ya que estamos a principios de octubre y estas trabajadoras no tienen ninguna noticia de cuándo recibirán el pago de agosto.

Ésto, que se asemeja más a un film de terror que al día a día de unas personas que lo único que quieren es recibir en tiempo y forma el sueldo por el trabajo que han realizado, es a lo que estamos acostumbrados, por desgracia, que ocurra con la plantilla de Acasa.

En muchas ocasiones, en las concentraciones y en los actos reivindicativos que realizan como protesta se ven acompañadas por otro colectivo -que curiosamente también es casi en su totalidad femenino- que también está condenado a sufrir retrasos contínuos en el pago de sus nóminas. Me refiero a Limasa, la concesionaria privada que realiza la limpieza de colegios y dependencias municipales, cuyas empleadas esta vez, por suerte, recibieron el sueldo de agosto antes que terminara septiembre.

Tanto en el caso de Acasa como en el de Limasa, en la mayoría de los casos se trata de mujeres que tienen que mantener con su discreto sueldo a toda su familia. Trabajadoras que se sienten impotentes porque ven que los días pasan y que las facturas sin pagar se van aglutinando, sin tener una solución que de respuesta a esta terrible situación.

Y es que estas trabajadoras tienen un problema, que tienen la costumbre, ellas y sus familiares que tienen a su cargo, de comer al menos tres veces al día. Tienen el hábito de pagar la hipoteca, la factura de la luz, la del agua... y claro, para mantener estos lujososhábitos al menos has de cobrar por el trabajo que realizas.

Desde Izquierda Unida plantemos desde hace tiempo la gestión directa del servicio de ayuda a domicilio a través de la Fundación Asilo San José o a través de una Fundación Municipal de Políticas Sociales. ¿Es ésta la solución? Pues puede ser una de las medidas posibles, lo que sí está claro es que la solución no está en tener a este colectivo en la calle Consistorio esperando a que el dinero caiga del cielo.

Siempre queda la duda de saber qué pasaría si en vez de ser plantillas casi al 100% femeninas fueran masculinas. ¿Se produciría mes tras mes el problema de los impagos? Nunca lo sabremos, pero lo único que sabemos es que en la calle estamos hartos y hartas de ver la misma escena y de escuchar la misma frase: 'Queremos cobrar'. Y es que cada vez que se ve a las trabajadoras concentradas en la puerta del Ayuntamiento siempre dicen lo mismo: "Otra vez la misma película".

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