La esquina
José Aguilar
Yolanda no se va, se queda
AL paso que vamos van a terminar sirviendo la cerveza en la chapa de la botella, pero ojo, cobrando lo mismo, es decir, en torno al euro y veinte céntimos que cuesta de media la caña en este pueblo, y no me equivoco en lo de pueblo. El problema de esta maldita crisis es que nadie se moja, y así es imposible salir del paso. Como ahora nadie gasta, unos por miedo y otros porque no les llega, algunos bares han empezado a aplicar medidas anti-crisis caseras, y no exentas de la picaresca marca de la casa, para atraer clientes. La más extendida hasta ahora consiste en bajar los precios -quietos, que no he dicho que los tiren- tanto como se reduce la cantidad, y encima venderte que te están haciendo un favor. Uno del sector, curtido en estas lides, asegura que hasta el más listo pica, en unos sitios porque te meten la tapa -la media tapa, quiero decir- en el mismo lote, y cuando antes gastabas uno, ahora son dos; y en otros porque con la nueva medida de la cerveza siempre te quedas con sed.
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