La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Ucrania, de Pedro I a Putin

Stalin admiraba a Nevski e Iván el Terrible. Bajo zares, comunistas o autócratas, Rusia es Rusia

Tal día como hoy, hace 102 años, el ejército soviético invadió Ucrania. Nada nuevo entonces porque en 1721 había sido devorada por el Imperio Ruso de Pedro I el Grande, que arrasó su rica cultura para rusificarla. Y nada nuevo ahora cuando Putin, nostálgico de los países satélites de la URSS y de su poderío mundial, apelotona tropas en su frontera y amenaza con una guerra si se integra en la OTAN.

La revolución de 1917 les ofreció a los ucranianos el espejismo de sacudirse el yugo zarista. Ignoraban algo que la historia ha enseñado: Rusia es Rusia la gobiernen los zares de verdad, los zares rojos o el zarevich Putin. ¡Qué carácter! ¡Qué perseverancia! A la misma Siberia a la que mandaban los zares a los disidentes los enviaban los comunistas. Entre Memoria de la casa de los muertos y Archipiélago gulag media un siglo sin que cambiara -por el contrario, se agravó- la represión totalitaria: Dostoievski fue deportado en 1849 a Siberia durante cinco años por el Zar Nicolás I y Solzhenitsyn fue condenado en 1945 por Stalin a ocho años de trabajos forzados y posteriormente a destierro a perpetuidad por Jrushchov; su Archipiélago gulag, porque bajo los herederos de Jrushchov la represión no cesó, no se publicó en su país hasta 1990 gracias a Gorbachov y la perestroika.

Así que los ucranianos que creyeron que la caída del Imperio Zarista significaría su liberación fueron primero invadidos, después divididos y finalmente convertidos en súbditos del nuevo imperio comunista en virtud del Tratado de Creación de la URSS de 1922. Además de padecer otra brutal rusificación y sufrir las purgas de 1929-1934 y 1936-1937, Ucrania sufriría uno de los más atroces genocidios del siglo XX, el Holodomor, la gran hambruna de 1933 que, programada por las políticas de colectivización de Stalin, ocasionó más de tres millones y medio de muertes.

En 1991, tras la caída del imperio comunista, Ucrania volvió a soñar con su independencia. Pero su historia desde entonces hasta hoy es una larga serie de crisis, revoluciones y enfrentamientos entre independentistas y prorrusos siempre con la amenaza rusa encima. Hoy, cuando se cumplen 102 años de la invasión soviética de 1919, Ucrania sigue sin poder decidir por sí misma su destino. Rusia, bajo zares, comunistas o autócratas, es Rusia. Con razón a Stalin le gustaba compararse con Alejandro Nevski, Iván el Terrible y Pedro el Grande.

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