En esta crisis del coronavirus en España necesitamos a una persona de Estado. Alguien por encima de las ideologías políticas. Alguien que le duelan todos los españoles por igual. Pero a la vez que esté preparado y a la altura de las circunstancias. Y lo tenemos. Porque el Jefe del Estado es la persona de la jerarquía española mejor preparada para coordinar una gestión como merece la situación que estamos viviendo en el mundo. El Rey de España. Eficaz en su trabajo constante cada día por y para los españoles. Sin rectificaciones. Con paso firme, intermediando en esta ocasión, para que lleguen más mascarillas, más respiradores y en definitiva más material sanitario a España. Una persona al lado de los sectores más perjudicados por este dichoso virus que se está llevando por delante tantas personas y tantas empresas. El Rey, quien por dignidad ni siquiera se ha cortado para tomar decisiones dolorosas pero necesarias en el seno de su familia. España necesita hoy al mejor gestor en esta crisis del coronavirus. Alguien sin palabrería, sin populismos. Que sepa de lo que habla. Y no cabe duda que Felipe VI sería el mejor abanderado de este sentimiento. Gracias a él y a su padre, hoy en España tenemos una monarquía parlamentaria que selló la Constitución democrática de 1978 que unió a todos los ciudadanos sin distinción por colores. El Rey de España es el mejor embajador de nuestro país. El mayor protector de la democracia y de las libertades que hasta hoy hemos estado disfrutando - y que seguiremos viviendo, pese a que este gobierno se empeñe en quitarnos entre otras la libertad de expresión. Una figura que siente, protege, lucha por poner en la cumbre del mundo a España y defiende todos sus intereses, costumbres y tradiciones, por encima de todo. Felipe VI me representa. Por eso siento con orgullo cada vez que digo ¡Viva el Rey de España!