Tierra de nadie

Alberto Núñez Seoane

El burdel no es España

05 de septiembre 2016 - 01:00

HACE unos dieciocho años, allá por 1998, empezaba a escribir en Diario de Jerez. Uno de mis primeros artículos, si no el primero, se titulaba 'Un burdel llamado España', ya imaginan de qué iba… Pasado el tiempo, he cambiado de opinión: no es España la mancebía, "la casa de tratos" es cosa de quien la maltrata. Todos lo que lo han querido -me incluyo- han podido, con el paso de los años, ver, juzgar y sacar conclusiones. Conclusiones que, después de haber sufrido a unos y otros, una y otra y otra vez, no conducen más que a una deducción: vivimos, sin serlo, en una casa de malas putas.

Seguí, en televisión, los ¿debates? de Investidura de la pasada semana. Mi capacidad de asombro, bastante exigente, se vio absolutamente desbordada por las memeces de unos y las salvajadas de otros, por las mamarrachadas de éstos y las estupideces de aquellos, por la desvergüenza de la inmensa mayoría y la incoherencia de casi todos. Las razones, o sin razones, que me hacen cabrear son, en cambio, muy fáciles de encontrar, numerosísimas, así que ya se imaginarán ustedes, habida cuenta de la constatada alta densidad de miseria moral por escaño, el fin de semana al que 'los representantes de la soberanía popular' en el Congreso me han condenado tras su 'estelar' actuación 'mirando' por los intereses de todos…

Allí estaban ellos, todos: las momias, inamovibles y obsoletas, del 'PP', los resentidos prepotentes del 'PSOE', los incapaces de 'Ciudadanos', los bolcheviques revanchistas de 'Podemos', los bastardos -'bastardo': que se aparta de sus características originales o las va perdiendo- pendencieros del independentismo catalán y vasco… Tirándose la pelota unos a otros, descalificándose, insultándose con el consabido "¡y tú más…!", ¡de pena…! Ellos, los 'pasteleros mayores del Reino', sentados en escaños que les vienen muy grandes, para cocinar sus inmerecidos sueldos, aliñar sus vergonzosas dietas, aparejar sus delictivas pensiones y amarrar sus soeces prebendas, porque, no se engañen, para eso, y sólo para eso, se sientan en 'la pastelería' -lo que ellos llaman "Congreso de los diputados"-, el resto, es decir: nosotros, 'el pueblo', no contamos para nada de nada, nada, claro, que no sea pagar impuestos y callar, como las meretrices explotadas contra su voluntad que consideran que somos.

Sin dudar ni un segundo, a unos cuantos los condenaba a la guillotina -política-, a otros muchos, a cadena perpetua -política-, a casi todo el resto a 30 años y un día de reclusión mayor -también política-, sin posibilidad de reducción de pena, y los dos o tres que quedan -con sentencia firme e inapelable, como las otras-, en libertad condicional con cargos. Lo suyo 'pasteleras señorías' es para darles una patada en el culo y dejarles el zapato dentro, como diría la madre del 'Luisma' en su película.

Espero, conciudadanos, que muchos de ustedes se hayan movido del pasotismo a la indignación, quiero creer que después del descalabro indecente que 'sus señorías' han protagonizado, muchos de ustedes hayan decidió hacer algo más de lo que hasta ahora hayan hecho para poner fin a la boludez en que los políticos que nos desgobiernan, y los que se oponen a éstos, han convertido el país en el que nos hacen vivir.

No les ha importado la más que precaria de situación de millones de españoles, ni el peligro en el que ponen la débil recuperación económica, ni las pensiones de los que trabajaron durante toda su vida para todos nosotros, ni el porvenir de los masacrados autónomos, ni los sueldos de los funcionarios, ni la caída de una Bolsa ya reducida a la mitad de su valor, ni el futuro de nuestros hijos, ni el porvenir de la investigación, ni la educación de los que mandarán mañana, ni la desastrosa situación de la Justicia, ni los más de tres millones de parados sumidos en la desesperación, el desaliento y la amargura, ni la integridad de España, ni la madre que los parió a todos ¡Nada, sólo ellos!

Me ponen de los nervios cuando les oigo hablar de 'estrategia' ¿Estrategia?, ¡pero de qué coño de 'estrategia' habláis, falsarios indecentes!, ¿de la que importa para que tú, o el otro, sea presidente; de la que os servís para poder colocar a vuestros compadres en Ministerios, Secretaría Generales, Embajadas o Diputaciones; de la que esperáis que os permita seguir sirviéndoos del poder para perpetuar el chollo en el que vivís mientras nos exprimís el bolsillo, nos sacáis la sangre y nos estrujáis hasta el pinche hígado, es esa 'la estrategia'? ¡No hombre, no! No queremos más 'estrategias' de mierda, queremos políticos serios que nos defiendan -a nosotros, no a ellos-, personas que luchen por nuestro bienestar, que den trabajo a quien no lo encuentra, que se peleen por hacer que la vida sea menos injusta -ya no digo más justa- sobre todo para los más débiles y desfavorecidos, queremos gentes que se empeñen en objetivos comunes que beneficien a la mayoría para el futuro de todos, queremos honestidad, coherencia e integridad. De malas putas estamos hasta el mismísimo, de sus proxenetas has los mismísimos ¡Ya vale, tú, ya vale!

Señoras, señores, en las próximas elecciones -¡vaya tela del telón!- debiéramos ir todos a votar… ¡en blanco!, ¡todos! Y si siguen con "la estrategia" para las cuartas elecciones… -con ellos todo es posible- ¡otra vez, todos y en blanco!, a ver si conseguimos echarlos de "la pastelería" y somos nosotros quienes manejen el obrador, ¡de una santa y bendita vez!

El burdel no es España, 'la casa pública' está en la 'cosa pública', me temo.

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