Por montera
Vox y Quasimodo
Ya saben lo de Sánchez felicitando no se sabe qué a no se sabe quién para no decir la palabra Navidad: “Celebres con quién celebres, estés donde estés, decores como decores o si no lo haces... Comas lo que comas, o si cambias las uvas por otra cosa… Las vivas como las vivas, ¡felices fiestas!”. La Palabra Navidad se le debe atragantar y el hombre la evita con cautela, que ya se sabe que en estos días de comilonas hay que tener cuidado con los atragantamientos.
No le pasa lo mismo con el Ramadán, que felicita nombrándolo hasta en árabe: “Deseo a todos los musulmanes de España un muy feliz Eid el Fitr. Que el mes de Ramadán que acaba de concluir os traiga, nos traiga a todos, mucha paz. ¡Eid Mubarak!”. Nada que objetar, por supuesto. Solo dos cosillas. No recuerdo que felicite Rosh Hashaná y Yom Kipur a los judíos españoles. Y desde luego no felicita la Navidad a los cristianos. No estaría de más que, como a los musulmanes, nos dijera: “Deseo a todos los católicos de España una muy feliz Navidad. Que la Nochebuena nos traiga a todos mucha paz. ¡Bendita y feliz fiesta!” (que eso significa Eid Mubarak). El primer ministro inglés, laborista, no tuvo reparo en emplear la palabra Christmas. ¡Y eso que es la poco inclusiva y políticamente correcta contracción de Christ’s Mass o misa de Cristo!
Más allá de esta tontería inclusiva, el problema es que las fiestas que se desarraigan de lo que les da sentido se degradan. Quita a Cristo de la Navidad y lo que queda es la publicidad brilli-brilli de perfumes, la conversión de la Nochebuena en una Nochevieja aún más hortera o la cursilería pegajosa de los anuncios mata abuelos, enviados a la imbecilidad del “donde quiera que estén” (gilipollez suprema porque o están con Dios o no están en parte alguna).
En la maravillosa La navidad de Charlie Brown, que les recomiendo recuperen, el pequeño protagonista está entristecido porque el consumismo ha ahogado el espíritu de la Navidad. Hasta que en la representación infantil del colegio Linus recita el episodio del nacimiento del evangelio de San Lucas. Y todo recupera su sentido para Charlie y sus amigos, que cantan el antiguo villancico inglés “¡Escuchen cantar a los ángeles mensajeros! ¡Gloria al Rey recién nacido!”. Porque solo hay una forma de vivir la Navidad.
También te puede interesar
Por montera
Vox y Quasimodo
La esquina
José Aguilar
Felipe VI, más solo que nunca
La ciudad y los días
Carlos Colón
Solo hay una forma de vivir la Navidad
En tránsito
Eduardo Jordá
El año que se va
Lo último