El Flamenco de los 90

Del equipo de Cristi salieron grandes jugadores

20 de enero 2025 - 07:00

A los Cheché, Juanlu, Luna, Kike Romero y compañía entrenados por Pepe Salado no los vi jugar, ya entonces era considerado el Flamenco como uno de los clubes andaluces que más y mejores jugadores daba al fútbol profesional. Solo en fotografía en blanco y negro pude ver aquellas alineaciones en las que formaban Curro de la Morena, el Mono o el Capullo, pero en los noventa, gracias a mi amistad con Cristi, pude disfrutar plenamente del Flamenco. Aquel fue un equipo de ensueño, a nivel cantera creo que ha sido el mejor que he visto jugar por esta zona. En aquel juvenil de División de Honor se juntó un talento descomunal, por allí pasaron jugadores de la talla de Chicha, López Ramos, Raúl Molina, Mendoza, Clavijo y una gran cantidad de jugadores que luego no llegaron a tener una gran carrera profesional, pero que jugaban de maravilla. Fúutbol tropical, como a ellos les gustaba decir.

Cristi, que era todo un carácter, consiguió armar un equipo que llegó a jugarle de tú a tú a las mejores canteras de Andalucía. Recuerdo partidos memorables contra el Betis, Sevilla o el Cádiz. Por aquel entonces el presidente era Rafael Maraver y recuerdo como me contaba las injerencias en sus jugadores que cada temporada intentaba el Xerez CD para llevarse a sus jugadores y eso que cuando acabasen su edad juvenil quedarían libres porque el Flamenco no tenía equipo senior.

En el Anexo vi a Jesús Mendoza, que con el paso de los años se convertiría en leyenda del xerecismo como lateral derecho, jugar en la posición del diez. Mendoza era un centrocampista con un gran dominio del juego y un excelente lanzador de faltas. Ya se podía intuir que Chicha iba a llegar, aunque en aquel momento todavía existía el debate si sería Carlos o su hermano mayor Fernando.

Aún recuerdo con honda tristeza el fallecimiento de uno de sus jóvenes jugadores, el menor de los Sabao, y como afectó al equipo. Por el contrario el 'Globo' y su mujer, Petra, eran la alegría del club. Allí estaban para un roto o para un descosido, su amor por el club y el cariño a los jugadores lo hacían entrañables.

Cuánto disfruté viendo jugar a aquel equipo aquellos domingos por la mañana en el anexo junto al Busti o Manolo Leira. Era considerado el equipo de los gitanos de Jerez, con su camiseta de lunares y vivió aquellos años uno de las mejores etapas de su historia. Hoy en día equipos como el Flamenco no tienen cabida en la élite de las canteras en nuestro país. La profesionalización del fútbol hace casi imposible que un equipo de barriada pueda competir en estas categorías, porque cualquier buen jugador en edad infantil o cadete suele estar enrolados en las canteras de los equipos profesionales de la zona. Pero lo que nadie podrá quitarle al Flamenco C.F. es la historia que hizo y la de jugadores que formó para el fútbol profesional.

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