La ciudad y los días

carlos / colón

Una invitación a reflexionar

EL más internacionalmente prestigioso y premiado escritor israelí, Amos Oz, liberal, incansable luchador por la paz, duramente enfrentado con los ultraortodoxos israelíes y defensor de la existencia de un Estado palestino, ha concedido una atormentada entrevista al semanario italiano L'Espresso que conviene conocer. Antes de responder le pidió a su entrevistador que le dejara hacerle dos preguntas. "¿Qué haría usted si su vecino se escudara tras su propio hijo y comenzara a disparar contra los de usted? ¿Qué haría si cavara un túnel desde la habitación de sus hijos hasta la de los de usted para matar a su familia? Llamaría a la policía. Pero aquí no hay policía. Desgraciadamente la policía internacional no existe... No debe olvidarse el cuarto artículo del programa de Hamas: es deber de los musulmanes matar a los judíos en cualquier parte del mundo, con independencia de la cuestión palestina... Ahora podemos hablar de política y de Netanyahu".

En la entrevista el escritor afirma: "Este conflicto es una tragedia porque las dos partes tienen razón… No era necesario llegar a esta situación. Sería urgente hablar con la Autoridad Nacional Palestina. Reabrir el diálogo con Abu Mazen… Aún es posible proponerle un acuerdo de paz. ¿Sus contenidos? Son conocidos desde hace años. Fin de la ocupación, un Estado palestino y otro israelí con Jerusalén como capital compartida. Si un Estado palestino próspero y pacífico hubiese existido en Cisjordania, los habitantes de Gaza, viendo cómo viven sus hermanos en Hebrón y Nablús, habrían dado a los jefes de Hamas el mismo fin que los rumanos a Ceausescu".

Oz, éticamente avalado por su larga lucha por la paz entre israelíes y palestinos, añade: "Netanyahu ha caído en la trampa de Hamas, que tiene una filosofía simple: está bien matar israelíes, pero es aún mejor que Israel mate a la gente en Gaza. Hamas gana en ambos casos". Ha caído en ella a causa de la cerrazón que comparte con los colonos de los territorios ocupados y los fanáticos que se oponen a un Estado palestino y cualquier acuerdo territorial. La cerrazón que fraguó, afirma, el asesinato de Rabin, que firmó el primer acuerdo entre Israel y la OLP de Arafat. "Netanyahu y los colonos son anacrónicos, hablan un lenguaje del siglo XIX: cuanto más grande sea el territorio, más fuerte es el país. Hamas es aún más anacrónico: hablan un lenguaje del siglo VI. Vivimos una locura".

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