Jerez, 1942: última semana de mayo (II)

A las ocho de la mañana del sábado 30 de mayo, desde el Grupo Escolar Franco, donde se hallaban previamente reunidos todos los niños de las distintas escuelas de la feligresía, partieron procesionalmente hacia la iglesia de San Miguel -en la que hicieron su entrada por la puerta principal a los acordes del Himno Eucarístico- aquellos que iban a recibir la Primera Comunión. Acomodados en la nace central, enseguida comenzó el santo sacrificio de la misa, oficiada por el padre Herrero, de la orden de San Francisco. Ocuparía la cátedra el párroco doctor Rafael Rodríguez, quien -en elocuente oración, modelada por bellas imágenes- explicó a los chiquillos “la grandeza incomparable” del acto que iban a vivir. Tras la consagración, siempre en el cuido del mayor orden y recogimiento, el padre Herrero, secundado por los coadjutores Rafael Fernández y José Cuesta, administró la sagrada primera comunión a los pequeños. Ni que decir tiene que los rostros de todos ellos reflejaban tal felicidad que enseguida provocaron lágrimas de los adultos.

Una vez finalizada la comunión -destacable fueron los coros de Acción Católica dirigidos por el presbítero Juan Mateo Lechuga, que además entonaron cánticos de alabanza- se renovaron las promesas del bautismo y se procedió a la exposición y reserva del Santísimo. A continuación marcharon los niños y niñas a la Graduada ‘Soto Flores’, en cuyo espléndido jardín se habían instalado las mesas profusamente exornadas con flores. Llegó el turno, pues, del riquísimo desayuno y botellines de vino -generosamente aportados por distintas casas vinateras-. El director de la Graduada, Mariano Olmedo Delgado, dictó un elocuente discurso. Un nutrido grupo de jerezanos se trasladan a la villa de Puerto Real para tomar parte en los solemnes cultos que allí se convocan en honor de la Santísima Virgen de Lourdes, con motivo de la ya tradicional peregrinación. Para la procesión de la tarde no faltaron el capitán general del Departamento, el contraalmirante jefe del Arsenal de la Carraca, el director de la Escuela Naval, el presidente de la Diputación, los alcaldes de Cádiz, San Fernando y El Puerto de Santa María, el comandante de la Marina de Cádiz, así como otras autoridades de la provincia.

Fallece repentinamente la estimada señora Ana Jiménez Padilla, esposa que fue de Diego Flores Holgado, antiguo profesional tipógrafo. El entierro estuvo muy concurrido. Ocupaban la presidencia del duelo Manuel Salido la Cal, José y Miguel Salido Gutiérrez, Francisco Salido Escudero, Roberto Riba Fernández, Nicasio Vázquez y, entre otros parientes y afectos, el hermano de la difunta Diego Jiménez Padilla, hijos Diego y Francisco, y viudo Diego Flores Holgado. Se anuncia la próxima apertura del bar horchatería Granja Soler, helados selectos, en José Antonio Primo de Rivera número 15. Fábrica de perfumes: colonias, lociones y extractos a granel y a precios de fábrica, comercio sito en calle Bodegas 25. ¿El licor para la mujer?: ‘Tabú’.

En el domicilio de los señores de Freyre (Emilio), ante el párroco de San Pedro, Anselmo Andrades García, firmaron el contrato de esponsales, su hija Lourdes Freyre Arroyo y el oficial de artillería José Durán Rodríguez. Actuaron de testigos, de parte de ella, Salvador Argudo Rivero, Alberto Durán Tejera y Emilio Freyre Arroyo. Y, por parte del novio, Juan Luis Durán Moya, Luis Encinas y Francisco Duarte. El acto se celebró en la intimidad. De El Tomelloso llegó Ramiro Cambas Cívico. En la calle Lealas 2 se cogían a máquina carrerillas de medias -con entrega el mismo día-. La Plaza Domecq número 43 era por entonces domicilio de un colegio-academia de párvulos, primera enseñanza, ingresos, cursos de bachillerato y comercio, oposiciones y taquigrafía.