Del Jerez de 1978 al Concert Music Festival de 2025: los Pecos

Pecos ha ofrecido este verano dos conciertos en el Concert Music Festival de Chiclana.
Pecos ha ofrecido este verano dos conciertos en el Concert Music Festival de Chiclana.

29 de agosto 2025 - 02:13

Fue a mediados de la década de los 70 -con el advenimiento de la democracia y la Santa Transición- cuando el talento creativo de Antonio Mingote ¡cuya imaginación era como una sierra nevada de originalidad!- cuajó -como la leche en postres de postín- un personaje trápala y advenedizo, cerril y caricaturesco, con ínfulas de político a decir verdad oportunista y mercachifle: Gundisalvo. Las emociones/motivaciones de este candidato a las urnas de algún pueblo de siete habitantes y medio partían de sucesivos recortes de prensa, cuarto y mitad de estrambote y alguna gota de perspicacia adobada de cierto maquiavelismo de corto recorrido. Aquel contraejemplo era un inteligente seudónimo de no pocos agentes con nombres y apellidos de la cosa política. Es decir: Gundisalvo no era real, pero existía. Cuando en 1978 José Luis Dibildos elevó al género cinematográfico el protagonismo chusco y chocarrero de Gundisalvo los niños de la España de entonces -la que tres años más tarde del crimen del cortijo de los Galindo centraba sus miras en el “sí a la Constitución”- andábamos ajenos a la faramalla de la compadrada sin jactancia de los intereses espurios de quienes entonces pretendían hacer añicos la unidad nacional y de aquellos otros que por el contrario fraguaron la concordia constitucional porque “un voto vale más que mil gritos” en tanto en cuanto este texto a favor de la reconciliación clamaba un eslogan esperanzador: “Contra nadie. A favor de todos”.

Para quien suscribe el año 1978 constituyó uno más de los que engrosaron la felicidad plena de la tierna infancia. Año de ‘Aplauso’ de José Luis Uribarri en la tele de los sábados. La caja no tonta de ‘El juglar y la reina’. De ‘Cantares’ con Lauren Postigo. ‘De cañas y barro’ en los ojos seductores de Victoria Vera y la descomunal maestría actoral de José Bódalo interpretando a Cañamel. ‘El canto de un duro’ y Mari Carmen García Vela. José María Íñigo y su estelar programa ‘Fantástico’. ‘Vivir cada día’ de José Luis Rodríguez Puértolas. O aquella inolvidable ‘La España de los Botejara’ conducida por el entonces omnipresente Alfredo Amestoy. ¡Qué programación televisiva la de aquel año en la que las series extranjeras hicieron furor: baste nombrar a guisa de ejemplo ‘Baretta’, ‘El bosque de Tallac’, ‘La abeja Maya’, ‘Los ángeles de Charlie’, ‘Mazinger Z’, ‘Orzowei’, ‘Un hombre en casa’, ‘Vacaciones en el mar’ o ‘Yo, Claudio’, cuyos capítulos veraniegos vimos, de niños, en la habitación de la trastienda de la caseta de Manolín en la playa de Valdelagrana!

Pero 1978 también son recuerdos de pósters de los Bee Gees, John Travolta y Olivia Newton John y, por descontado, los Pecos desplegados por las paredes de nuestro dormitorio de literas de la calle Valientes 6. Eran propiedad de mi hermano Miguel Ángel, quien por cierto asistió al estreno, en el cine Luz Lealas, de la película ‘Grease’. Miguel Ángel, Mimi para la familia, compraba todas las semanas la revista Súper Pop. Y tanto en sus páginas, redactadas en un tono periodístico jovial y fresco, como ya entonces en las antenas radiofónicas coparon y ocuparon todos los espacios el boom de los Pecos -un totum revolutum social que además originó el fenómeno fan, sobre todo después de sus primeras apariciones televisivas-. El rubio y el moreno han sido capaces de detener el tiempo. Porque las letras de sus temas corresponden a un sentimiento universal y sempiterno: el despertar del amor entre adolescentes. Además con una prosa poética muy fidedigna al realismo sin artificios. Las generaciones de jóvenes que entonces se vieron retratados -como en el espejo privado y privativo de cada hogar- han contemplado cómo, andando el tiempo, sus hijos y nietos igualmente se sienten identificados en tan luminoso repertorio. La emoción es atemporal. Así que pase casi medio siglo. Por esta bendita razón los Pecos han triunfado, con amplia concurrencia de jerezanos, en sus dos conciertos del Concert Music Festival (Chiclana). Una gozada para cuantos allí nos aliamos con la filosófica teoría del eterno retorno. Porque todos, con Pedro y Javier, quisimos “ser canción”.

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