La esquina

José / Aguilar

La lista más votada, o no

20 de marzo 2015 - 01:00

LO propuso Juanma Moreno al principio de la campaña electoral y lo reiteró Mariano Rajoy después: si, como parece, ninguna candidatura se alza con la mayoría absoluta dentro de tres días, debe gobernar la más votada. Eso habría supuesto la llegada de Arenas a la presidencia de la Junta en 2012 y supondría ahora la continuidad de Susana Díaz a partir del 22-M.

Es una propuesta razonable y perfectamente democrática, pero tiene algún truco. Si por un lado da la impresión de que Moreno asume así su condición de perdedor, por otro refleja una mirada de Rajoy al futuro: es lo que le interesa al PP no andaluz, sino español, consciente de que sus mayorías absolutas en numerosas ciudades, en algunas autonomías y en las elecciones generales están en serio peligro.

El problema del Partido Popular es su enorme dificultad para encontrar aliados, una vez que los nacionalismos periféricos se han echado al monte y los partidos emergentes (Podemos y Ciudadanos) se muestran tan remisos a apuntalarlo en el poder. ¿Solución? Que gobierne la mayoría relativa, es decir, la lista que obtenga más votos que cualquier otra. Ningún partido que adolezca de falta de aliados defiende que se produzcan alianzas.

Pero, oiga, es que las alianzas y los pactos son tan democráticos como los gobiernos en solitario del candidato más votado. Cierto que se prestan más al chalaneo, el cambalache y el reparto de sillones, pero también ofrecen la ventaja de la estabilidad y la gobernación sin sobresaltos. Que alguien gobierne bajo el paraguas de una mayoría parlamentaria pactada suele ser preferible a que necesite negociar cada ley, cada plan e incluso cada presupuesto con otras fuerzas políticas (si son diferentes según el caso, la llamada "geometría variable", peor). Y con la amenaza de la moción de censura pendiente sobre su frágil cabeza.

Todavía presenta una cualidad superior el gobierno con aliados sobre el gobierno en solitario y en precario: el valor del consenso como antídoto contra la prepotencia y el avasallamiento como formas de abuso de la mayoría. De modo que la preferencia por la lista más votada es defendible, y la apuesta por las alianzas lo es también, e incluso lo es en mayor grado.

Lo de la lista más votada no le conviene a Moreno Bonilla como aspirante a un honroso segundo puesto el 22-M, pero le conviene muchísimo como disciplinado militante del PP de España.

stats