Por montera
Mariló Montero
Vox y Quasimodo
En tiempos convulsos, lo importante es no tomar decisiones precipitadas. Sin embargo, desde que Santos Cerdán ingresó en prisión, PSOE y PP parecen empeñados en pasos que merecen una mínima reflexión, aunque no sea más que por sentido de la responsabilidad. Lo que ocurra en los próximos días puede decidir el futuro no solo de los dos partidos mayoritarios y de sus socios, sino también el futuro de España. No es lo mismo que gobierne Sánchez que Feijóo… o que gobierne un socialista que no sea Sánchez, posibilidad que barajan algunos socialistas estos días, visto el panorama.
El sábado se celebra un comité federal del PSOE que puede ser convulso si se confirman los rumores de que se han acabado los paños calientes para Pedro Sánchez. Los exigirán no solo explicaciones sino también acciones. Y el fin de semana se celebra el congreso del PP que además de aprobar una ponencia política que recoja la línea argumental de lo que sería el proyecto de gobierno de Feijóo si es presidente, renovará la ejecutivo del partido.
El lunes, cuando no había transcurrido una hora desde que Santos Cerdán salía del Supremo camino de Soto del Real, ya se pronunciaban las palabras moción de censura y cuestión de confianza en todos los despachos de poder. Se hacían matemáticas y cuál era el estado de ánimo de Sánchez y de Feijóo ante esas dos posibilidades que se les abrían. Se difundió rápidamente que Feijóo había encargado a Tellado que tanteara a sus conocidos de otros partidos del arco parlamentario para ver cómo respiraban de cara a una moción de censura. Luego se explicó que no, que lo que quería saber el presidente del PP era si los socios de Sánchez continúan siendo socios incondicionales de Sánchez y le apoyarían si presentaba una cuestión de confianza. Es decir, que nadie sabe qué piensa hacer Sánchez y qué piensa hacer Feijóo. Y si ésta situación tan convulsa, inquietante, envenenada y desestabilizadora, acabará en moción de censura o en cuestión de confianza. Y cuándo. Y con qué apoyos. Si la moción de censura tendría los apoyos necesarios para convertir a Feijóo en presidente de gobierno de forma inmediata, como hizo Sánchez con Rajoy, o si la cuestión de confianza se presenta y no le sale bien Sánchez, qué ocurriría en las elecciones que se tendrían que convocar.
Cabe también que ni lo uno ni lo otro. Que Sánchez decida aguantar y quiera ganar tiempo hasta final de legislatura. Lo que hoy parece imposible. Pero con Sánchez nunca se sabe. Aunque, lo que sí se sabe es que el sanchismo, y en sus socios, se empiezan a ver signos que podrían interpretarse como “Hasta aquí hemos llegado. Con Sánchez no se puede aguantar ni un minuto más. Nos está matando”.
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