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José Antonio Carrizosa
El desencanto
CATAVINO DE PAPEL
EN pocas fechas aparecerá, editado por Calambur, uno nuevo libro de poemas del jerezano Manuel Francisco Reina, titulado "La Rosa de la Carne", y del que el próximo martes ofrece su lectura en la Tertulia Literaria Hispanoamericana Rafael Montesinos, La trayectoria creadora y crítica de Manuel Francisco Reina, es un ejemplo de capacidad y de imaginación, de talento artístico. En muy poco tiempo, apenas ha sobrepasado la treintena, su bibliografía es verdaderamente rica. Aparte de su asidua colaboración en las más valoradas revistas y en importantes periódicos impresos y virtuales de aquende y allende los mares, ha publicado libros de poemas y libros en prosa.
Los poemarios se titulan "Razón del Incendiario", "Naufragio hasta la Dicha", "De Insumiso Amor", "Consumación de Estío", "Las Islas Cómplices", "El Amargo Ejercicio" y "La Lengua de los Angeles", por los que ha recibido diversos premios como el Ciudad de San Fernando para poetas andaluces, el premio Kutxa de poesía Ciudad de Irún, el premio Ab-Jatid del Centro de estudios Hispanoárabes de Almuñécar, obteniendo también mención especial en la modalidad de Arte en los premios Andalucía Joven. Otro galardón de singular importancia merecido por Manuel Francisco Reina, es el Premio de Teatro de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, por su obra "Olimpo busca chico nuevo".
En cuanto a su cualidad de narrador ha dado a la estampa las novelas: "Los Santos Varones", "La Coartada de Antínoo" y "La mirada de sal", que han sido recibidas por la crítica con amplio reconocimiento a su calidad en todos los órdenes. Y como antólogo, Manuel Francis Reina ha realizado excelentes compilaciones, entre ellas "Poesía andalusí", "La paz y la palabra" (Letras contra la guerra) y la muy elogiada "Mujeres de Carne y Verso", una de las más logradas antologías de poesía femenina.
Y como nos demuestra Manuel Francisco Iglesias en su nuevo libro, al compilar citas en las que la rosa es el corazón de ellas, los poetas de todas las épocas, escuela y tendencias han respirado con las rosas en sus versos. Y "Las rosas de la carne" es un amplio poemario, dividido en varias partes, en el que la rosa simbólicamente inflama todos los poemas. Es realidad y sueño, gozo y sufrimiento, razón y desazón, fervor y destino, duda y celo, deseo y alegoría, sentimiento perenne, amor en todas sus fases y en todos sus estremecimientos.
"Las Rosas de la Carne", digámoslo ya, es un libro amoroso en su esencia y potencia líricas. Está escrito con plena convicción de su necesidad de hacerlo florecer palpando cada palabra, desnudándola para que sea más certera, dándole pálpito al reunirlas para que fructifique el pensamiento. Y un comedido énfasis se nos antoja la música requerida en cada verso. Leyendo "Las Rosas de la Carne" recordamos que Hesiodo dijo que el amor es el arquitecto del universo.
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